Caso Magrudis

La juez autoriza la venta de los bienes embargados a Magrudis

  • Recuerda que no había espacio suficiente en el depósito judicial para guardarlos y que los gastos de almacenaje serían mucho más costosos que su valor.

Una furgoneta que distribuía la carne mechada de Magrudis.

Una furgoneta que distribuía la carne mechada de Magrudis. / María José López / E. P.

La juez de Instrucción número 10 de Sevilla, Pilar Ordóñez, ha autorizado la venta de los bienes embargados a Magrudis, la empresa responsable del mayor brote de listeriosis detectado en España y que ha causado la muerte de cuatro personas, seis abortos y más de 200 afectados. Así lo ha acordado la instructora en un auto dictado el pasado 23 de abril, en el que se acuerda la "realización anticipada" de los bienes embargados a los investigados y el ingreso de las cantidades que se obtengan en la cuenta de consignaciones del juzgado. De esta forma, la maquinaria de Magrudis puede ser vendida por hasta 6.000 euros a una chatarrería.

En el auto, al que ha tenido acceso este periódico, la magistrada recuerda que en febrero de 2020 se impuso una fianza de cinco millones de euros a los dueños de Magrudis, acordándose el embargo de los bienes en el mes de julio, al no haberse hecho frente a dicha fianza. 

Antes de decidir la venta de los bienes, la juez solicitó a la delegación de Justicia que procediera a la retirada y depósito de los bienes embargados en las naves de Magrudis en el Polígono El Pino, pero la Administración respondió que no se podía hacer cargo de dicho depósito porque el espacio habilitado en las sedes judiciales para el depósito de bienes es "insuficiente". Esta falta de espacio para el depósito de los bienes y el hecho de que "los gastos que pudieran originarse en este depósito pudieran ser mucho más costosos que el valor de los mismos, desde la Consejería se refirió que consideraba más oportuno la realización o la destrucción de los efectos judiciales".

Estas circunstancias, precisa la juez, deben ser tenidas en consideración, por cuanto "correspondería la realización de los bienes al considerar que los gastos de depósito y conservación superarían el valor de los bienes en sí". Además, la magistrada ha valorado que los bienes embargados son maquinarias que con el paso del tiempo "necesariamente ha ido perdiendo su valor inicial, por lo que su precio ha decaído", constando además que esos bienes llevan "más de un año paralizados sin poder ser utilizados".

El auto concluye que "valorando todas estas circunstancias se considera conveniente llevar a cabo su realización anticipada e ingresar las cantidades que por los mismos se obtengan en la cuenta de depósito de consignaciones a resultas de estas actuaciones".

Con respecto a los cinco vehículos embargados, la juez señala igualmente que se trata de bienes que "sufren una gran depreciación con el transcurso del tiempo", por lo que al igual que sucede con los otros bienes "se han realizar anticipadamente, si bien es necesario esperar a conocer las deudas que sobre los mismos pesan para obtener las mejores ofertas en ese acuerdo de realización alcanzado por las partes, y que igualmente se considera una vía adecuada para alcanzar el mayor rédito posible a los mismos".

El juzgado embargó las cuentas y bienes de los dueños de la empresa, en total cinco personas: José Antonio Marín Ponce, su esposa Encarnación Rodríguez, los hijos Sandro José y Mario Marín Rodríguez, y su cuñada, Isabel Rodríguez.

En el caso de José Antonio Marín, como no aparece que sea titular de ningún bien, el juzgado embargó las cantidades que posee en las cuentas corrientes a su nombre, mientras que en el caso de la mercantil Magrudis, además de las cuentas, se decidió el embargo de cinco vehículos: un Peugeot 308, una furgoneta Renault Trafic, un Nissan Juke, un Seat Ibiza y un Volkswagen Polo.

En cuanto a Sandro José Marín, además de las cuentas, se embargó un vehículo, un BMW520D, también un contrato de valores y “los derechos que tiene sobre la marca La Mecha del todo natural”, que está inscrita en la oficina de marcas y patentes.

A la esposa del dueño, Encarnación Rodríguez, se le embargó además de las cuentas un plan de pensiones, y a su hermana, Isabel Rodríguez, el 50% de un piso de su propiedad, según el decreto de embargo del juzgado.

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