Tentativa de asesinato

Condenado por intentar matar a un amigo tras discutir en un bar y herir a otro hombre de rebote en Las Cabezas

El suceso ocurrió en la calle Calvario Alto.

El suceso ocurrió en la calle Calvario Alto. / M.G.

El vecino de Las Cabezas de San Juan que a principios de 2022 generó cierta alarma social en el pueblo al salir a la calle con una escopeta de caza y disparar contra varias personas ya conoce su condena. La Sección Cuarta de la Audiencia de Sevilla, tras un acuerdo entre sus abogados y la Fiscalía, impuso este jueves a F.G.M. dos años de cárcel por un delito de tentativa de asesinato y dos multas de 150 euros por otros tantos delitos de lesiones leves. En otras palabras, trató de matar a un hombre y acabó hiriendo a dos.

La pena de prisión es casi la quinta parte de lo que inicialmente reclamaba la acusación pública (nueve años) y, además, no deberá cumplirla si cumple varias condiciones: no cometer ningún delito durante tres años, respetar la prohibición de acercarse a menos de 300 metros o comunicarse con las víctimas durante cinco años y acabar el tratamiento contra el alcoholismo que ya está siguiendo en el Centro de Tratamiento Ambulatorio (CTA) de la localidad. Su evolución es “favorable”, según un informe aportado por su defensa en el juicio.

El suceso ocurrió el 3 de febrero de 2022. Después de beber algo en un bar junto a la principal víctima, ambos discutieron sobre quién iba a pagar la consumición. El investigado se dirigió entonces a su domicilio, cogió una escopeta “de cañones superpuestos”, fue a la casa de su amigo y se ocultó detrás de un coche. Cuando la víctima iba a entrar en el inmueble, le apuntó con el arma y “con absoluto desprecio por la integridad física y la vida ajena y con total indiferencia respecto a las consecuencias de su acción”, como constará en la sentencia, le disparó dos veces desde unos tres metros de distancia.

El primer grupo de plomos impactó en el antebrazo derecho de la víctima. El segundo, cuando el herido intentaba refugiarse en su casa, rebotó en la pared del inmueble, cambió de trayectoria y recorrió hasta 45 metros hasta herir a la segunda víctima, que se había asomado al escuchar el ruido de la refriega. Los perdigones le dañaron la nariz, una oreja, una mano y una pierna.

El homicida, defendido por los letrados Alfredo Velloso y Francisco Barrios, presenta una “inteligencia límite” o un “déficit intelectivo ligero”. En el momento de los hechos, además, estaba bajo los efectos del alcohol. Esa mezcla “alteró de manera importante” su voluntad y su capacidad de comprender lo que estaba haciendo, lo que en términos jurídicos le sirve como eximente incompleta de anomalía psíquica, con la consecuente reducción de la pena. Para alcanzar el acuerdo de conformidad, las partes también estimaron las atenuantes de confesión (reconoció los hechos ante el tribunal) y reparación del daño, ya que antes del juicio consignó los 30 euros con que debe indemnizar a la víctima principal, que por cierto ni siquiera lo denunció.

Tras dictar sentencia firme en la misma sala y acordar la suspensión de la ejecución de la pena de cárcel durante tres años, la presidenta del tribunal recordó al acusado que esta última medida “no supone un perdón”. “Está en un periodo en el que estaremos observando su comportamiento. Que su evolución sea favorable es muy importante para nosotros. Debe seguir en ese tratamiento hasta que los médicos le digan que está en perfectas condiciones y continuar con ese comportamiento correcto”, le pidió la magistrada.

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