La Fiscalía de Sevilla acaba pidiendo 23 años de cárcel para la madre que abandonó en la basura a su bebé recién nacida

El Ministerio Público solicitó inicialmente 14 años, pero tras el juicio sube la apuesta al partir de que los hechos, de haber fallecido la pequeña, podrían haber sido castigados con la prisión permanente revisable

Las médicos que atendieron a la chiquitina confirman que pudo morir por una "hipotermia severa", al estar desnuda en pleno diciembre; por asfixia, al estar metida dentro de dos bolsas; o "desangrada" por el corte del cordón umbilical

Empieza el juicio a la madre que dejó a su bebé recién nacida en un contenedor de basura en Los Palacios: "No quería hacerle daño"

María de los Ángeles V.V., sentada de espaldas en el centro de la sala de vistas, el pasado lunes.
María de los Ángeles V.V., sentada de espaldas en el centro de la sala de vistas, el pasado lunes. / D.S.

La Fiscalía ha elevado de 14 a 23 años de cárcel la petición de condena para la mujer que parió a una niña en Los Palacios, según ella sin saber que estaba embarazada, y que acto seguido metió a la bebé en dos bolsas y pidió a un amigo con discapacidad intelectual que la dejase en un contenedor de basura. La calificación no le da para la prisión permanente revisable porque la pequeña, por suerte, sobrevivió, pero no deja de ser una pena durísima por un delito de asesinato en grado de tentativa con la "hipercualificación" de que la víctima era menor de dieciséis años. Y no ha sido la petición más dura: la Junta de Andalucía, que ejerce la acusación particular, ha interesado una condena de 26 años para la madre biológica.

El juicio ha quedado este martes visto para sentencia en la Sección Tercera de la Audiencia de Sevilla. El cierre ha corrido a cargo de los dos encausados, que han ejercido su derecho a la última palabra con sendos discursos a tono con el surrealismo de sus declaraciones previas. "Hablé ayer con la fiscal y me dijo que era intento de asesinato. Digo que sí, pero que al estar la niña viva, es intento. En ningún momento quise que la niña falleciera", ha dicho María de los Ángeles V.V., acusada como autora material del intento de asesinato. José Antonio L.V., por su parte, ha insistido en que fue su amiga quien le dijo que llevase "la bolsa" con la niña al contenedor.

Antes, en el turno de exposición de las conclusiones definitivas, la fiscal modificó las provisionales para subir la pena en nueve años de prisión. La explicación es que su punto de partida era la prisión permanente revisable por el delito de asesinato, pero la calificación "baja un grado" al ser en grado de tentativa. Después, la agravante de parentesco "se compensa" con la atenuante de drogadicción, también introducida como novedad en su escrito final. El resultado es que la horquilla legal quedaría entre 20 y 25 años de reclusión y ella opta por 23.

Para José Antonio L.V., el Ministerio Público también ha aumentado su solicitud de condena. Inicialmente pedía seis meses de internamiento psiquiátrico, pero en última instancia ha terminado reclamando tres años de cárcel, sin esa alternativa de que entre en otro tipo de instalación de salud mental "porque no hay un centro específico" para tratarlo. "Su discapacidad es moderada, tenía las facultades afectadas pero no mermadas", ha argumentado la fiscal. "Tenía capacidad para comprender y para declarar en el juicio. La perito ha dicho lo contrario pero no lo reflejó en su informe", ha añadido.

Y efectivamente ha sido así. La especialista que se entrevistó con el acusado para valorar su capacidad para ser imputado en el proceso judicial ha ido más allá del contenido de ese informe que elaboró en su día y ha asegurado que José Antonio L.V. "no estaba capacitado para declarar", igual que aquel 18 de diciembre de 2023 "no tenía en absoluto" la capacidad para entender que lo que estaba haciendo era delito. "Estoy convencida de que no era plenamente consciente de la gravedad de los hechos", ha agregado.

La vida de la bebé estuvo en peligro

La segunda y última jornada del juicio también ha servido para dejar claro, en palabras de los expertos, que la vida de la chiquitina corrió peligro por culpa del comportamiento de su madre. Los factores principales fueron el hecho de estar encerrada en una bolsa, lo que le pudo provocar asfixia, y el de ser abandonada desnuda cuando ya casi debía de caer la noche en pleno mes de diciembre.

La primera testigo-perito en establecer esa pauta ha sido la médico de Familia que lleva la UVI móvil de Los Palacios. Ella fue la primera en atender a la niña allí mismo junto al contenedor. "Tenía claros signos de hipotermia", ha recordado, así que inmediatamente ejecutó maniobras de reanimación para no desaprovechar lo que ha llamado el "minuto de oro" para que una paciente tan pequeña no se le vaya: le recolocó la vía aérea para que respirase bien, le hizo técnicas de estimulación... "Son medidas básicas que suponen el 80% de la reanimación de un bebé", ha recalcado. Y cuando se le ha preguntado si la menor habría tenido posibilidades de sobrevivir de no haber sido asistida, su respuesta ha sido simple y rotunda: "No".

Tras esa primera actuación de urgencia, la niña fue trasladada al hospital de Valme. La pediatra que allí la atendió ha sido también la segunda en comparecer ante el tribunal. "La primera médica fue decisiva, porque la situación de la bebé era severa", ha asegurado. Y a continuación ha descrito el precario estado en que se encontraba la víctima: su temperatura corporal estaba "por debajo del rango" apto para sobrevivir, hasta el punto de que una vez entrada en calor aún tenía sólo 31 grados, así que padecía una "hipotermia severa". Y eso sin contar el peso y la hipoglucemia. "La prioridad fue recuperar la temperatura y colocarle una vía intravenosa para meterle suero", ha narrado.

En consecuencia, la pediatra ha establecido que "por supuesto" que existió riesgo para la vida de la niñita. "Controlar la temperatura desde el primer minuto de vida es vital. Aparte de que estaba en un contenedor de basura...", ha apostillado. Y aparte de que tenía el cordón umbilical cortado a palo seco con una tijera, como reconoció la acusada. "Hay que pinzar el cordón antes de cortarlo. Pudo haber muerto desangrada", ha apuntado la doctora.

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