Desfalco

El ex mayordomo del Valle “reconoció que había sido un miserable”

  • Un documento asesorado por el Arzobispado decía que el dinero había sido “distraído” pero él insistió: “robado”

El ex mayordomo sale de la Audiencia el primer día del juicio

El ex mayordomo sale de la Audiencia el primer día del juicio / Juan Carlos Vázquez

El juicio contra Antonio Manuel C.L., ex mayordomo de la Hermandad del Valle (2007-2015) acusado de apropiarse de 175.982 euros, escuchó este viernes los testimonios de ex miembros de la Junta de Gobierno que relataron como el acusado empezó reconociendo los hechos y definiéndose como “un miserable” para luego pasar a dar explicaciones fluctuantes, hacer pagos falsos y finalmente, en su declaración judicial, decir que había sido coaccionado y culpar a la mala contabilidad que llevaba la hermandad.

Tres horas de declaraciones de testigos en la Sección Cuarta de la Audiencia mostraron los vaivenes en las sucesivas actitudes del ex mayordomo: hizo un primer reconocimiento de deuda en diciembre de 2015 por importe de 77.000 euros y un segundo en febrero de 2016 en el que reconoció haberse apropiado de 56.000 euros. Primero dijo que “había cogido 15.000 euros para prestárselos a un amigo que no se los había devuelto”, y luego aseguró que se los había entregado a un hermano ya fallecido.

Lucas Maireles, hermano mayor entre 2011 y 2018, relató al tribunal que el ex mayordomo confesó la sustracción desde el primer momento, e incluso un documento de reconocimiento de deuda asesorado por el Arzobispado decía que el dinero había sido “distraído” pero él insistió en poner “robado”. El acusado prometió devolver el dinero, primero con el importe de una finca que iba a vender su hermana y luego le anunció el envío de dos transferencias, que nunca llegaron. También emitió dos pagarés que resultaron impagados.

Francisco O’Kean, ex primer teniente de hermano mayor (2011-2018), declaró al tribunal que el acusado, a diferencia de lo que hizo en su declaración en el juicio, “nunca culpó a la mala gestión, solo que se había llevado dinero y nos decía que no lo podíamos entender”. Incluso cuando la hermandad creía que faltaban unos 30.000 euros, él mismo les corrigió: “No, es más”, les decía.

Todos los testigos recordaron los tensos momentos vividos en una reunión convocada el 12 de febrero de 2016 en la Iglesia de la Anunciación, sede de la hermandad, con medio centenar de ex miembros de la Junta de Gobierno, entre ellos el mayordomo que había sido maestro del procesado. Algunos lloraban y otros llegaron a increpar al ex mayordomo, relató O’Kean. Allí el acusado reconoció que “había sido un miserable” y les dijo “lo siento, os pido perdón”.

Todos los testigos negaron la línea de defensa del acusado en el sentido de que le coaccionaron y que “no sabía lo que firmaba”. Una experta en contabilidad que asistió a las primeras reuniones declaró que “se le veía arrepentido y el contexto de la negociación era llegar a un acuerdo de pago”, hasta el punto de que el acusado llegó a autorizar expresamente que se le detrajeran 500 euros de su nómina cada mes.

En la jornada de este viernes declararon de forma conjunta tres peritos que cifraron la cantidad sustraída en 119.000 euros -frente a los 175.982 que indica la Fiscalía- basándose en los movimientos con absoluta certeza de falsedad. También coincidieron en que la contabilidad de la hermandad, aunque fuese imperfecta, no es culpable del dinero que falta.  

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