El marroquí que se fugó a las puertas de la prisión Sevilla-II, cuando iba a ser expulsado de España, se entregó voluntariamente este viernes a la Policía y la Brigada de Extranjería lo dejó libre ya que está casado con una ciudadana española y tiene tres hijos españoles.

El marroquí Farid A.G., d 34 años, estaba preso en la cárcel de Morón de la Frontera por quebrantamiento de condena al no haberse reintegrado de un permiso.

El pasado 30 de julio, cuando Instituciones Penitenciarias lo había dejado libre y su propia familia estaba esperándolo en la puerta de la cárcel, un patrullero de la Policía Nacional lo detuvo para notificarle la orden de expulsión por estancia irregular en España.

El marroquí, que durante su paso por la prisión había participado en pruebas atléticas, salió corriendo campo a través y los agentes fueron incapaces de darle alcance.

Su abogado, José Luis Guerrero Gómez, explica a este periódico que la orden de expulsión de España por estancia irregular, firmada por el subdelegado del Gobierno en Sevilla, no cumplía los requisitos del Real Decreto 240/07 pues a Farid se le aplica la norma de ser familiar de un ciudadano de la Unión Europea.

Además tiene tres hijos nacidos en España que ahora tienen 11 años, 8 años y dos meses. Su abogado afirma que uno de los motivos por los que salió corriendo era conocer a su última hija, que había nacido estando él en prisión.

Sobre él pesa ahora únicamente una causa por desobediencia a la autoridad abierta a raíz de su fuga, que instruye el juzgado de Morón de la Frontera.

Su abogado niega que Farid sea un delincuente peligroso. Sus antecedentes policiales son por atentado a la autoridad y contra la seguridad del tráfico. “Es cierto que ha tenido deudas con la Justicia pero ya las ha cumplido”, afirma su letrado.

Añade que un empresario sevillano quiere contratarlo ahora, lo que sería una eficaz ayuda para su reinserción.