Juicio con jurado por un crimen en Gerena

Un testigo escuchó una "violenta" discusión y tres o cuatro golpes en la casa del trabajador de la televisión

  • La ex mujer del acusado niega que éste tuviera una relación sentimental con la víctima, aunque otros testigos aseguran que eran pareja

  • La víctima le hacía muchos regalos a Jonathan Gabriel, que tenía una "dependencia económica" del fallecido.

Dos agentes de Criminalística inspeccionan el lugar de los hechos. Retrato de la víctima

Dos agentes de Criminalística inspeccionan el lugar de los hechos. Retrato de la víctima / Antonio Pizarro

Un testigo escuchó una "violenta" discusión y tres o cuatro fuertes golpes en la mañana del 5 de noviembre de 2018 en la casa del trabajador de la televisión de Gerena Gonzalo Herdugo, cuyo crimen está siendo enjuiciado en la Audiencia de Sevilla ante un jurado popular.

El testigo que ha rendido testimonio ante el tribunal, un albañil que estaba realizando unas reparaciones en el acerado de la calle donde vivía la víctima, ha explicado que esa mañana estuvo trabajando aproximadamente entre las nueve y las diez y media de la mañana, y escuchó una discusión "bastante fuerte", si bien ha precisado que sólo se oían las voces y gritos de Gonzalo, pero no los del acusado, el argentino Jonathan Gabriel Villacorta Márquez.

A preguntas de la Fiscalía, el testigo ha precisado que en esa discusión el fallecido, Gonzalo Herdugo, insultaba a la otra persona, dando unas voces "muy violentas" y diciéndole "hijo de puta que llevas dos años follando conmigo". Tras esos gritos, escuchó "tres o cuatro golpes", que el testigo atribuyó a la caída de muebles contra el suelo, y después se produjo un "silencio total", aunque más tarde observó cómo se habían escapado los dos perros que la víctima tenía en casa.

Cuando llegó su jefe, el albañil le contó lo sucedido, pero como "algo gracioso", porque Gonzalo "tenía fama de ser violento" pero no pensaba que hubiera ocurrido nada grave. Su jefe, que también ha declarado este viernes, relató que cuando llegó de comprar material vio salir de la vivienda a un joven, que cerró la puerta de la casa del fallecido.

Durante la segunda sesión del juicio, buena parte de los testigos que han declarado se han pronunciado sobre si la víctima y el acusado mantenían una relación sentimental, como sostiene la Fiscalía -que reclama 14 años de cárcel por homicidio en el que aprecia una circunstancia agravante de parentesco-, o si por el contrario sólo tenían una relación laboral que había derivado en una estrecha amistad.

La ex mujer del acusado ha sido contundente al afirmar que Jonathan Gabriel es heterosexual y no ha tenido ninguna relación sentimental con Gonzalo, aunque ha reconocido que éste "estaba enamoradísimo" de su ex marido e incluso quería irse a vivir cerca de ellos en Sevilla Este. De hecho, ha añadido que Gonzalo iba diciendo por el pueblo que Jonathan "era su pareja".

La víctima le hacía muchos regalos al acusado

La mujer ha contado al tribunal que esa misma mañana en la que se produjo la pelea, habló con su ex marido, que se había comprometido a recoger al niño que ambos tienen en común del colegio, y también conversó con Gonzalo, con quien ella tenía una "relación maravillosa". Ambos habían tomado muchas bebidas alcohólicas y Gonzalo le confesó que habían pasado una noche muy buena, según la testigo, que ha reconocido que la víctima le había hecho muchos regalos a su ex marido, como un ordenador, un violín, un teclado musical e incluso compró un saco para practicar artes marciales, pero ha insistido en que Gonzalo y Jonathan "jamás mantuvieron una relación sentimental", llegando a comentar que en muchas ocasiones Jonathan no quería ir a pasar los fines de semana con él porque "se sentía incómodo".

La testigo ha añadido que Gonzalo encontró en su ex marido y en ella misma una amistad que no había encontrado en otras personaste porque "todo lo que tenía a su alrededor era gracias a su chequera".

Frente al testimonio de la ex mujer del acusado, dos mujeres que también habían realizado labores domésticas en la casa del trabajador de la televisión de Gerena han confirmado que ambos mantenían una relación íntima. Uno de estos testigos ha llegado a afirmar que Gonzalo se enamoró de Jonathan y "desde el primer día en que éste llegó a la casa compartieron cama", añadiendo que la relación era conflictiva, puesto que a menudo se enfadan y en ocasiones "llegaban a las manos", pero después de las peleas volvían a estar "juntos como pareja", por lo que ha considerado que la relación "se hizo tóxica".

"Gonzalo está enamorado y Jonathan tenía otros intereses", ha aseverado la testigo, que ha insistido en que el acusado "dependía económicamente de Gonzalo y éste le hacía muchos regalos".

Otra de las mujeres que ayudaba en la casa a Gonzalo ha dicho que éste le contó que había conocido a Jonathan "a través de internet" y le dijo que estaba "enamorado pero no era correspondido". Según esta testigo, la víctima compraba "dos carros de cerveza" todos los viernes para pasar el fin de semana, a pesar de que tenía problemas de salud como diabetes y era un "fumador empedernido desde los siete años", consumiendo más de tres cajetillas de tabaco al día.

Un vecino del acusado ha dicho que la víctima no solía beber con frecuencia, pero cuando lo hacía "se ponía bastante agresivo", porque cuando "se tomaba dos copas podía los papeles" y ha recordado un incidente en el año 2017 en el que Gonzalo le fracturó el brazo al acusado tras una discusión.

Un camarero del bar donde estuvieron tomando bebidas en la mañana del 5 de noviembre confirmó que ambos estaban "contentos, cantando, escuchando música y haciéndose selfies", y un cliente del bar ha dicho que estaban tomando whiskys.

Por último, una sobrina del acusado, que también ha declarado este viernes en el juicio, ha señalado que decidieron apartarse de la acusación particular por una "decisión familiar", pero ha indicado que no renuncian a la posible indemnización que les corresponda.

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