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El dramaturgo Alfonso Zurro se adentra en el crimen del hotel Cecil-Oriente de 1959 con su obra "Invierno en Sevilla"

Curiosos se concentran en el hotel Cecil-Oriente tras el crimen

Curiosos se concentran en el hotel Cecil-Oriente tras el crimen / Fototeca municipal

El dramaturgo y director de teatro Alfonso Zurro presenta este miércoles en el Teatro Central su nuevo libro, titulado "Invierno en Sevilla: Asesinato en el hotel Cecil-Oriente", en el que se adentra en el crimen que tuvo lugar en la madrugada del 3 de noviembre de 1959, cuando dos hombres enmascarados y armados con una metralleta penetraron en este establecimiento ubicado en la actual Plaza Nueva -conocida entonces como Plaza de San Fernando- para robar el dinero de las nóminas. Dos policías armados intentaron detenerlos y uno de ellos falleció por disparo de uno de los atracadores.

El libro, con prólogo de la periodista Mercedes de Pablo, es una obra teatral que recopila la investigación que Alfonso Zurro ha realizado durante dos años sobre el crimen y el proceso judicial encomendado a la jurisdicción militar. "Estos son los hechos y cada uno que saque las conclusiones", ha explicado el autor a este periódico sobre la obra, en la que ha volcado su trabajo tras haber accedido a los archivos militares. "Esa ha sido mi máxima a la hora de abordar este proyecto: rastrear documentos, explorar noticias, cruzar interrogatorios, bucear en informes... Buscar la verdad sabiendo que nunca la descubriré", escribe Alfonso Zurro en el arranque del libreto.

El director Alfonso Zurro, autor del libro sobre el asesinato del hotel Cecil-Oriente. El director Alfonso Zurro, autor del libro sobre el asesinato del hotel Cecil-Oriente.

El director Alfonso Zurro, autor del libro sobre el asesinato del hotel Cecil-Oriente. / juan carlos vázquez

Los ladrones eran Rafael Pino Cordón, Caraperro, mecánico de 30 años, y Rafael Romero Peña, pintor de 33 años. Un tercer acusado, Antonio Delgado García, trabajaba desde hacía sólo tres meses como mozo de equipajes en el hotel y les reveló que a principios de mes se guardaba en el despacho del director una importante cantidad de dinero para pagar nóminas.

Según el primer reconocimiento médico, el policía asesinado sólo presentaba una pequeña erosión en la mandíbula derecha y no había sangrado, pero la autopsia detectó un impacto de bala en la espalda que le alcanzó la aorta. El policía recibió un único disparo y que en el atraco sólo hubo tres disparos, el que alcanzó a la víctima, y dos que realizó el compañero del agente a los atracadores mientras huían. Pero en la inspección ocular se hallaron dos casquillos de bala en el mostrador del conserje del hotel.

En el libro se van desgranando los detalles del suceso a través de los diálogos de los protagonistas, como el comisario de Policía que investigó el suceso, el juez militar instructor, los testigos, etc. Así podemos conocer, por ejemplo, que la metralleta Star Z-45 empleada en el atraco había sido robada unos días antes del destacamento de Aviación del aeropuerto de San Pablo, y que en la caja fuerte del hotel había en aquel momento unas 150.000 pesetas para el pago de las nóminas y algo más... como un depósito de alhajas y varios talonarios de viaje de un cliente. 

Los acusados Rafael Romero Peña (izquierda) y Rafael Pino Cordón Los acusados Rafael Romero Peña (izquierda) y Rafael Pino Cordón

Los acusados Rafael Romero Peña (izquierda) y Rafael Pino Cordón / Fototeca Municipal de Sevilla

La metralleta fue hallada varias semanas después, el 1 de diciembre de 1959, por tres adolescentes. Estaba oculta en un hueco de la muralla de la Macarena. Ocho días después se produjeron las detenciones, y en el libro se narra cómo al juez que investigaba el caso le ordenaron que se tomar unas vacaciones de Navidad, mientras el caso pasa a otro juzgado militar, a cargo de otro capitán. Son algunas de las rarezas que aparecen en la obra.

La intervención del supuesto cerebro: Joaquín Olivera, La Quinientos

Y el 15 de diciembre de 1959 se hizo pública la noticia, pero "estaba coja", faltaba el cerebro del atraco, que sería arrestado unos días después: Joaquín Olivera, alias La Quinientos. "Sobre la intervención de Joaquín Olivera, La Quinientos, el cuarto hombre, no apareció nada publicado. Se aparentó que fue detenido más tarde. Pero no es cierto. Todos cayeron en las mismas fechas, entre el 3 y el 5 de diciembre. Aún hoy se sigue dando por buena la primera y única noticia que publicaron los periódicos: dos atracadores y un cómplice", señala la obra.

Los detenidos ingresaron en la prisión de La Ranilla el 22 de diciembre y el nuevo juez militar practicó con urgencia las diligencias, y los procesó antes de que acabara el año. Fueron juzgados en un Consejo de Guerra por el procedimiento sumarísimo el 20 de enero de 1960 y los defensores designados -que eran militares y dos de ellos ni siquiera abogados- sólo tuvieron 24 horas para el estudio del sumario, preparar la defensa y presentar sus conclusiones. 

En el juicio, el fiscal sostuvo que el policía no falleció de un ataque cardíaco y sí por la herida causada por un disparo. Los acusados negaron su participación en los hechos y en el asesinato del agente. La sentencia condenó a pena de muerte a Rafael Romero Peña, alias El Pintor, y a Rafael Pino Cordón, alias Caraperro, mientras que Joaquín Olivera Moya, La Quinientos, fue condenado a 30 años de reclusión mayor y a seis años y un día de prisión menor; y Antonio Delgado García, el mozo de equipaje del hotel, a 12 años y un día de reclusión menor.

La notificación de la sentencia a los dos condenados a penas de muerte. La notificación de la sentencia a los dos condenados a penas de muerte.

La notificación de la sentencia a los dos condenados a penas de muerte. / Archivo histórico del Tribunal Militar de Sevilla.

El juez les dio a los acusados "dos horas" para presentar los recursos, que fueron rechazados cuatro días después. Rafael Romero y Rafael Pino fueron los últimos ejecutados por garrote vil en Sevilla, el 20 de febrero de 1960.

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