Delito continuado de agresión sexual

Condenado a 9 años un hombre que violó y dejó embarazada a la hija de su pareja

  • La víctima tiene una "secuela psiquiátrica permanente" como consecuencia de los tocamientos y agresiones sexuales que sufrió durante varios años

El juicio tuvo lugar en la Audiencia de Sevilla

El juicio tuvo lugar en la Audiencia de Sevilla

La Audiencia de Sevilla ha condenado a nueve años y un día de cárcel por un delito continuado de violación a un hombre de 60 años por agredir sexualmente y dejar embarazada a la hija de su pareja, que finalmente tuvo el bebé. La sentencia de la Sección Primera, a la que tuvo acceso este periódico, le impone además la prohibición de acercarse a la víctima durante diez años y a indemnizarla con 50.000 euros en concepto de secuela psíquica y daño moral.

El fallo declara probado que el acusado, Antonio S. P., de 60 años, comenzó a vivir con su pareja en octubre de 2010, con la que posteriormente contrajo matrimonio, y con los dos hijos de ésta, entre ellos la víctima, cuya acusación particular ha sido ejercida por la letrada Mónica Gallardo Bejarano.

Según el tribunal, las agresiones sexuales comenzaron con tocamientos en la Semana Santa de 2013, cuando la hija de su pareja tenía 19 años, y esos tocamientos fueron "avanzando paulatinamente" hasta que la violó, a pesar de que la joven se resistía y trataba de apartar y de retirar las manos del acusado, lo que "no conseguía dada la fuerza que él ejercía". Esos tocamientos iniciales tenían lugar en el habitación de la joven, o en el sofá de la sala de estar.

De los tocamientos, el acusado pasó a las violaciones, que cometía en el dormitorio de la víctima, tirándole del pelo y tapándole la boca con fuerza, "provocando que ésta respirara con dificultad y llegara a tener sensación de asfixia y temor", presionándola además para que no dijera nada porque, en caso contrario, "pasaría por ser una puta".

La chica quedó embarazada en 2014 y hasta que el bebé alcanzó los cinco meses el acusado no volvió a requerir los contactos sexuales, si bien después se acercó a ella para decirle que "si no se prestaba a mantener relaciones sexuales le quitaría al niño". Las violaciones continuaron siembre bajo la "consigna de quitarle al niño sino accedía a sus libidinosos deseos", recoge la sentencia, que explica cómo en algunas ocasiones cuando la joven estaba amamantando al bebé, el acusado entraba en el cuarto y le hacia nuevos tocamientos o le "restregaba sus partes íntimas" a la víctima. 

La situación se mantuvo hasta que la víctima contó a su hermano las violaciones y lo denunció en septiembre 2016, siendo además el acusado obligado a abandonar el domicilio familiar. Como consecuencia de estas violaciones reiteradas, la joven presenta un cuadro compatible con un trastorno adaptativo mixto, con ansiedad y ánimo depresivo, de carácter crónico y necesitado de tratamiento que deja una "secuela psiquiátrica permanente".

Los magistrados de la Audiencia señalan "no albergan duda de que concurren los elementos típicos que configuran el delito continuado de violación" y el tribunal ha llegado a esta convicción por la "conjunta apreciación de la prueba practicada en el plenario, en la que ha jugado un papel primordial la declaración de la víctima, con las relevantes corroboraciones objetivas y externas que fluyen de la restante prueba practicada, debiéndose destacar que la defensa se limita prácticamente a negar los hechos pero ni siquiera acierta a proponer una construcción sólida o lógica sobre los motivos o circunstancias que pudieran haber llevado a la víctima a realizar torcidamente esas manifestaciones claramente inculpatorias".

Admitió las relaciones en instrucción

El tribunal recuerda que el acusado admitió durante la fase de instrucción que había tenido relaciones sexuales "consentidas" con la joven y que él era el padre de su hijo, alegando que su esposa "no podía tener hijos" y que la joven dijo que "no le importaba tener un hijo suyo".

Sin embargo, en el juicio "cambió radicalmente su versión sobre los hechos, de manera que a través de un inconsistente relato, plagado de flagrantes y groseras contradicciones, negó en un principio de forma radical las relaciones sexuales, afirmando con vehemencia que nunca la había" y después admitió la "mera posibilidad de haberlas tenido sin ser consciente de ello para, finalmente, afirmar que mantuvo dos relaciones consentidas".

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