La emblemática Plaza de España de Sevilla, que ha sido testigo de tantos momentos durante esta semana, cerró este viernes su ciclo de conciertos con el artista Antonio Orozco, que se ha entregado a su público, dejando así el listón bien alto. El artista que se dio a conocer a principios de siglo con su famoso Devuélveme la vida, ha vuelto a conquistar la ciudad disfrutando de "la bienvenida, abrazo y sonrisa eterna de sevilla". 

Instantes previos al inicio, en la carpa de la Plaza de España se respiraban nervios y emoción. Un público de todas las edades aplaudía y gritaba al unísono "Antonio, Antonio", mientras esperaban la llegada del catalán. La primera fila eufórica comentaba que llevaban haciendo cola desde las 6 de la mañana para conseguir estar lo más cerca posible del artista. Pancartas con versos emblemáticos como “Antonio, estoy hecho de pedacitos de ti” decoraban el emblemático espacio mientras el artista se preparaba. 

A las 21.10 de la noche iniciaba el show, con La Revolución, un tema que puso a gritar y a saltar a todos aquellos que se encontraban en la carpa. Con temas como Hoy o Mírate el catalán hizo vibrar el espacio, mientras sus fans coreaban sus temas y aplaudían sin cesar. 

Aunque Orozco no quiso dejar pasar la oportunidad de hablar sobre los Grammy Latinos, evento que ha sido acogido por la ciudad, señalando que “hacen falta 70 veces Las Vegas para hacer una Sevilla” y mostrando su apoyo al malagueño Pablo Alborán que no se hizo con ningún gramófono el pasado jueves.

Uno de los momentos más emotivos y la sorpresa principal de la noche llegó cuando el catalán decidió cantar una versión del famoso tema Depende de Jarabe de Palo, homenajeando así al artista fallecido Pau Donés, mientras lanzaba besos al cielo.  

Un pequeño descanso con cambio de ropa incluido después, Orozco continuó con su fiesta, haciendo saltar y cantar al público y contagiando su euforia con temas como Llegará, muy esperado por sus fans. 

Es cierto que lo tradicional nunca debe faltar, y en su espectáculo estuvieron sus temas más conocidos como Devuélveme la vida o Héroe, con los que el artista, emocionado, consiguió que todos los asistentes volvieran atrás en el tiempo. Bajo el lema de que “jamás desaparece lo que jamás se olvida”, Orozco cantó su mítico Entre sobras y sobras me faltas, con el que se vio alguna que otra lágrima entre el público. 

Llegando al final del espectáculo el catalán explicó que este concierto sería el último de su gira, y que desde el primer momento sabía que esta debía finalizar en la capital hispalense, "dónde todo había comenzado". Al igual que prometió que esto no será una despedida y que retomará su carrera musical de nuevo en Sevilla. 

Finalmente, con un ambiente festivo de la mano del tema Lo que tú quieras soy, con un público totalmente entregado y el artista arrodillado en el escenario, la velada terminó, colocando el broche de oro a una semana inolvidable de música y cultura en la capital hispalense.