El Central estrena en exclusiva en España el 'Julio César' de Álex Rigola
Una mujer, María Grazia Mandruzzato, protagoniza este clásico 'shakespeariano' sobre el poder que se interpretará en italiano
El Teatro Central estrenará este fin de semana en exclusiva en España el visceral Giulio Cesare que ha montado Álex Rigola, una de esas figuras del teatro español contemporáneo de las que siempre cabe esperar algo diferente. En este ocasión, el director de escena, responsable de la sección teatral de la Bienal de Venecia y también de los madrileños Teatros del Canal, regresa al espacio escénico de la isla de la Cartuja con una relectura del Julio César de Shakespeare en la que, para empezar, el papel del emperador lo asume una mujer, la actriz María Grazia Mandruzzato. Italiana, sí, como Michael Riondino, que encarnará a Marco Antonio, y el resto del reparto, pues la producción de la obra, inaugurada el pasado verano en el país transalpino, corre a cargo del Teatro Stabile del Veneto (las funciones se harán en italiano, con sobretítulos en español).
Según explicó el propio Rigola a finales de febrero, cuando presentó en el Central Who is me. Pasolini (Poeta de las cenizas), el planteamiento de este Giulio Cesare es moderno porque "los mecanismos del poder, ya sea político o económico, no cambian nunca". El director prescinde de togas, oropeles y cualquier otro elemento escénico o de vestuario de tipo histórico y rodea las afiladas palabras del Bardo con micrófonos, vídeos y trajes de dibujos animados. "Hoy existen muchas mujeres poderosas: Merkel, Clinton, antes Thacher; así pues, ¿por qué no una mujer en la figura del máximo poder político?", señaló Rigola sobre la elección de una mujer para interpretar a Julio César.
La obra, en la que Shakespeare aportó su particular y honda mirada a la celebérrima traición de Julio César por parte, entre otros, de su hijo adoptivo Bruto, arroja no pocas preguntas. "¿Podemos pedirle a alguien que juzgue equitativamente a su hijo? ¿Va primero la razón o los sentimientos? ¿Hasta qué punto los medios justifican los fines? ¿Es la violencia lícita? ¿Existe la democracia? ¿Vivimos en una verdadera democracia?", enumeraba Rigola para acabar conectando estas cuestiones con otras más pegadas a nuestro presente más inmediato: "¿Es más violento el hombre que lanza una piedra por desesperación contra la sucursal de un banco o la Policía que en nombre del Estado desaloja de su casa a un jubilado que no puede pagar el alquiler y lo deja viviendo en medio de la calle?".
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