La enorme cola que se había formado en las dos noches anteriores de celebración del PopCAAC no existió esta vez; los espectadores que iban llegando accedían directamente al interior sin esperar ni un segundo. El público era escasísimo y la organización solo había acotado el espacio entre el escenario y la mesa de mezclas para las sillas de los asistentes. La banda que abrió la noche, Vera Fauna, tampoco contribuyó demasiado en caldear un ambiente gélido. El goteo de nuevos espectadores, aunque lentísimo, se había mantenido y para cuando Niños Mutantes aparecieron en el escenario había ya una cantidad suficiente como para que la pradera cartujana no pareciese un desierto.

Los granadinos habían venido a presentar su último disco, Ventanas, comenzado a grabar antes de la pandemia en diferentes estudios, entre ellos los sevillanos de La Mina, y muy poco rodado por los escenarios debido a los hechos posteriores. Con él lograron impregnar de luz, color y música melódica una noche que parecía condenada al fracaso.

Comenzando con Palabras para Julio e intercalando Náufragos y NM, Niños Mutantes fueron desgranando canciones de esta obra enlazando unas con otras sin parar más que un momento, tras Oxígeno, para que Juan Alberto Martínez declarase lo encantados que estaban de venir por fin a Sevilla, que es también la ciudad de Andrés López, el guitarrista del grupo. Así y todo, la gente respondió realmente al espectáculo musical ofrecido cuando la banda comenzó a interpretar sus canciones más conocidas y la ola de entusiasmo empezó a formarse con Te favorece tanto estar callada, para alcanzar su plenitud en Las noches de insomnio y romper sobre nosotros en Pura vida, con Andrés volcado sobre sus pedales de efectos llenando la noche de noise.  Con No puedo más contigo y Errante mantuvieron la inmersión en la excelencia del final del set.

La elección de la pareja de ases de los bises estuvo muy por encima de las expectativas del público, que clamaba por la versión de Como yo te amo y en cambio ellos eligieron No una más, cambiando el toque de Rocío Jurado por el de Christina Rosenvinge, coautora de la canción, la más intensa de Ventanas, para cerrar con Todo va a cambiar, que aunque compuesta hace siete años conserva su plenitud en una letra que habla de cómo el futuro ha llegado y nadie esperaba que fuese así; qué difícil es todo, pero al menos estamos vivos. Y seguiremos asistiendo a conciertos.