Stephen Frears: "Mi problema es que el mundo cambia y yo envejezco"

Cine

Vuelve a trabajar junto a Michelle Pfeiffer y al guionista Christopher Hampton 20 años después de 'Las amistades peligrosas'

E. P. / Madrid

28 de enero 2010 - 16:46

Stephen Frears confiesa ser un defensor del cine tradicional frente a las nuevas tecnologías, algo que al responsable de Café irlandés o The Queen no le interesa demasiado. "La vida es así y es evidente que al público sí le interesan más las películas que vienen de la fábrica tecnológica. Mi problema es que el mundo cambia y yo envejezco", afirma el director británico.

Frears ha adaptado Chéri, novela de Colette que llega mañana a los cines de España, en la que 20 años después de Las amistades peligrosas vuelve a encontrarse con el guionista Christopher Hampton y Michelle Pfeiffer. En el filme, ambientado en el París de principios del siglo XX, la actriz encarna a Léa de Lonval, una cortesana que ya no ejerce.

Un día, su amiga y compañera de fatigas Madame Peloux (Kathy Bates) le pide que se encargue de que su hijo Chéri (Rupert Friend), un jovencito de 18 años, adquiera modales y se convierta en un hombre de provecho. Lo que en un principio es un flirteo entre el joven y Léa acaba convirtiéndose en una relación de seis años.

Frears terminó de rodar Chéri hace 18 meses. Admitió que en este trabajo, tanto Pfeiffer como Hampton y él ya no pudieron sentirse "como niños", como ocurriera con la adaptación al cine de la novela epistolar escrita por Pierre Choderlos de Laclos. "La verdad es que no hay muchas cosas que me interesen. Sí me atraen mucho los problemas técnicos que estoy teniendo en la postproducción de mi nueva película. Es algo que me consume la vida", dice el director, que ha terminado el rodaje de Tamara Drewe, su nuevo filme, a la antigua usanza. "Un actor acostumbrado a rodar en la fábrica de la tecnología como puede ser una producción como Harry Potter se ha encontrado aquí volviendo a los inicios del cine, con Émile Reynaud", explica Frears, quien considera que quizá el público esté menos interesado en su cine tradicional.

Y es que, volver a los orígenes del cine, "con los hermanos Lumiere", le parece al director "algo divertido". No ha querido trabajar con actores famosos, pese a estar acostumbrado a grandes estrellas de la talla de Julia Roberts (Mary Reilly), Dustin Hoffman (Héroe por accidente), Glenn Close o John Malkovich (Las amistades peligrosas). "No quería que hubiera nada de cotilleos en el rodaje", señala Frears, apuntando que "no están en el reparto ni Paris Hilton ni Penélope Cruz".

De la actriz española, con la que Frears trabajó en Hi-lo country, sí admite que es "fantástica" aunque confiesa sentir ahora "cierta envidia", porque la intérprete "hable ya perfectamente inglés". "Ella y Pedro (Almodóvar) son adorables", apunta el director, recordando que el pasado verano coincidió con ambos en Gran Bretaña, en un encuentro en el que quien "no paró de hablar" y de demostrar su inglés fue el director manchego.

Pero Cruz no ha sido la única española que ha trabajado a las órdenes de Frears: Fernando Rey lo hizo en su día en La venganza (1984) o Sergi López en Negocios ocultos. "No conozco a muchos actores españoles pero me encantaría trabajar con Rosy de Palma. Me gusta su nariz", concluye.

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