“Este disco es una tabla de salvación en un mar muy agitado”

Niños Mutantes. Grupo musical

La banda granadina presenta este sábado en la Sala X 'Cuchillos y Diamantes', un álbum sobre los altibajos de la vida en el que los músicos resumen "todo lo aprendido anteriormente"

Los Niños Mutantes, en una fotografía promocional. / Lydia Fernández
Salvador Gutiérrez Solís

17 de febrero 2023 - 14:00

El grupo granadino Niños Mutantes, uno de los grandes iconos nacionales de lo que se conoció como el indie a finales de los 90, regresa a Sevilla este sábado para presentar su nuevo trabajo, Cuchillos y Diamantes, en la Sala X. Conversamos con dos de sus miembros: el guitarrista sevillano Andrés López, y el bajista, Miguel Haro, Migue.

Cuchillos y Diamantes tiene algo de sanación, de terapia...

–Andrés López: Para sanarse, primero hay que hacer terapia, es el camino idóneo. Veníamos de un momento un tanto duro, complicado, porque la pandemia nos ha afectado a todos. A algunos de una manera global, y a otros de una manera muy particular. Y la música siempre sirve como terapia. Cuchillos y Diamantes es, en cierto modo, el resultado de un proceso catártico.

–Miguel Haro: Lo que intenta reflejar este disco es que la vida tiene momentos muy buenos, que serían los diamantes, y otros muy malos, que serían los cuchillos, y tenemos que aceptar que eso es así, por lo que debemos aprender a convivir con ello. Porque es la única manera de salir airoso de los malos momentos que nos vamos a encontrar a lo largo de la vida. Y también debemos aprender a saber disfrutar los buenos momentos a todo tren.

–Dentro de la trayectoria de Niños Mutantes, ¿en qué lugar sitúan este disco?

–MH: Tal vez se pueda entender como un resumen de todo lo aprendido anteriormente. Refleja unos Mutantes 2.0, con nuestro sello de siempre, pero con una producción y una instrumentación más poderosa, a cargo de Ángel Luján, que nos ha motivado a llegar a sitios que antes no habíamos alcanzado. Bien porque nos conformábamos, bien porque no nos creíamos capaces de poder hacerlo. También hemos contado con la colaboración de nuestro quinto mutante, Toni Jiménez (Lori Meyers), que cuenta con una formación musical que nosotros no tenemos, ya que lo nuestro es intuición y mucha calle.

–Aún siendo un trabajo con el sonido característico de la banda, muy mutante en ese sentido, en Cuchillos y Diamantes se intuyen nuevos caminos…

–AL: Cuando se cuenta con una trayectoria tan dilatada vas aprendiendo, y también sabes asimilar todo lo que has sido capaz de hacer en el pasado. Al fin y al cabo, no hemos descubierto nada nuevo, somos una banda de bajo, batería y guitarras, pero es cierto que nos gusta empaparnos de todo lo que tenemos alrededor. Hemos introducido arreglos orquestales que antes no habíamos hecho, por ejemplo. Tratamos de amoldarnos a todo aquello que consideramos que pueda aportarnos algo, que sume, dentro del concepto que tenemos. Porque en la esencia seguimos siendo los mismos y lo mismo sucede con nuestro sonido, que es el de los Niños Mutantes. Seguramente, Cuchillos y Diamantes tenga algo de punto de inflexión, hacia algo más allá, pero eso es es algo que el tiempo dirá.

–Como en Náufragos (2012), recupera este trabajo la vertiente más social en las letras de las canciones, tal y como se puede observar en Hoy no he venido a sufrir, La ola o Mensajes.

–MH: Siempre hemos tratado de reflejar el momento social que nos ha tocado vivir, y en ese sentido nuestro trabajo más social fue Náufragos. Sí es cierto que este trabajo nace de un momento bajo anímicamente para nosotros, tanto como grupo como individualmente, ya que todos hemos atravesado unas rachas complicadas, que tan poco ha sido tan extraño, desgraciadamente. Ha sido muy duro para todos, y cada uno a su manera ha tenido un bache emocional o ha sufrido, y también como banda hemos penado. Este disco es una tabla de salvación en un mar muy agitado. Y en ese sentido nos ha servido a todos de terapia. No has venido a sufrir refleja eso, precisamente, y en La ola nos acercamos a un momento muy duro, pero concluye arrojando luz.

–¿Qué van a encontrar los espectadores que acudan a la Sala X este sábado?

–AL: Básicamente, una banda con mucho potencial, que tiene muchas ganas de tocar. Es tal la energía acumulada, que tenemos ansia de subirnos al escenario, de directo, ansia de público, de calor, y ansia de sala. Hemos pasado por un periodo que los festivales se han convertido casi en los reyes de la música en vivo, pero no podemos olvidar el mundo de las salas, que es donde nace la música. Creo que va a ser bonito y maravilloso volver a ese calor, y encontrarnos con el público en una sala, que es el espacio natural del rock and roll.

–MH: Y en cuanto a lo que es el repertorio, el nuevo disco va a tener una presencia notable, pero también vamos a hacer un recorrido por el pasado de los Niños Mutantes, no por todos los discos, aunque trataremos que no falten esas canciones que la mayoría esperan escuchar en directo de nuevo.

–¿En 2023, después de los años de trayectoria, los Niños Mutantes se siguen encontrando cómodos en el término indies?

–AL: En cierto modo, es un término ya en desuso. Para nosotros define un momento bastante concreto, que posteriormente ha sido muy tergiversado, aunque gente que reniegue se ha ido apuntando sistemáticamente. Surgió en los 90 y hoy es algo muy difuso. Pero no renegamos del término, porque nacimos en ese momento, aunque ahora ya no tiene mucho sentido.

–MH: Hoy indie es un término muy prostituido, que ha perdido totalmente su significado. Se puede seguir usando pero ligado a ser honesto, libre, independiente, y eso siempre lo hemos respetado, en ese sentido.

–Los grandes nombres del rock y pop español son casi los mismos que hace dos décadas. ¿Faltan los relevos?

–Migue: Afortunadamente las bandas ya duran, porque se trataba de un asunto pendiente en el rock en español, que algunos de sus miembros tuvieran sesenta años. Parece que se va a aceptando. Y sí creo que hay relevos, tanto en Granada como en otros lugares, pero que apuestan por multitud de estilos. En estos momentos el rock mantiene una especie de pulso con la música urbana, que no entiendo como algo negativo, ni mucho menos. Simplemente hay mucho más hacía donde mirar y escuchar. Para nosotros es una fortuna que estemos a punto de cumplir casi los 35 y podamos seguir en esto… (risas).

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