Cultura

"Los gobiernos no son más que comisarios del poder económico"

  • Días antes de las elecciones de 2004, el escritor portugués compartió estas reflexiones con el Grupo Joly, pensamientos que ahora cobran un profundo sentido

Una mañana nublada de finales de febrero de 2004 José Saramago mantuvo con nosotros en Granada esta charla que ahora transcribimos tal como fue registrada. España preparaba las elecciones generales que dieron el triunfo a Rodríguez Zapatero. Las manifestaciones contra la guerra de Iraq cruzaban el país y era imprevisible qué podía ocurrir en las urnas. Y mucho más aún era imprevisible el 11-M. Las palabras del escritor cobran desde la distancia una rara actualidad.

España, contra la guerra de Iraq. Tenemos que ver las cosas desde un punto objetivo. ¿Cuántas personas se manifestaron en España? ¿Dos, tres millones? La ilusión, la ingenuidad nuestra fue creer que por el hecho de salir tantas personas a la calle íbamos a ganar las elecciones. Se necesitan muchos más votos para ganar las elecciones. Y la manifestación es una cosa muy sabia porque cada uno puede expresar lo que lleva dentro del alma,pero una vez hecha, cada cual vuelve a su casa. Después cada partido de izquierda dice que esa manifestación expresa su propia postura. Pues no, porque la gente puede estar en una manifestación por una razón sencilla, porque está contra la guerra, sin que ello quiera decir que esa persona piense que su movilización deba tener como consecuencia fatal e inevitable el voto a un cierto partido. Puede ocurrir que una persona tenga todos los motivos para protestar contra la guerra pero no los suficientes para votar a tal o cual partido. No basta con mirar la calle, ver a miles de personas y decir: "esto va a cambiar". No es suficiente.

Izquierda y derecha. Lo que está perdiendo en mi opinión el sistema democrático es la incapacidad, sobre todo en los partidos de izquierda, de mostrar una efectiva decisión de cambio. Pero ¿qué es lo se va a cambiar? Entonces nos damos cuenta de que en una campaña electoral entre derecha e izquierda lo que se está proponiendo a los electores es una especie de lucha entre dos personas cada una de las cuales está prometiendo más cosas. Pero lo que están prometiendo lo están haciendo dentro del mismo marco, no hay nada nuevo. No hay una propuesta de izquierdas. Es más bien una propuesta previsible del sistema que nos rige. Y luego, entre derecha e izquierda, no es que no haya diferencias, pero son apenas detalles, diferentes cosméticas, de buen gusto. La izquierda, por ejemplo, tiene un buen gusto que no tiene la derecha, pero luego se vota por las simpatías, porque la televisión está favoreciendo a cierto candidato, por la campaña de publicidad, por la sonrisa. Y mi pregunta es: ¿dónde están las ideas? Los electores no son estúpidos, pueden ser manipulables, pero ellos saben que la gente no se reúne automáticamente para luchar por esto o por aquello.

La literatura y las armas. La literatura no es un arma. Si ayuda a la gente a mirar las cosas con más lucidez es algo, pero la acción tiene que ver con la decisión de la persona. La literatura no es un arma para cambiar el mundo. Si lo fuera, el mundo estaría cambiado hace una cantidad de años. Si después de leer miramos a nuestro alrededor tenemos que concluir que la literatura no ha servido mucho. Los gobiernos hoy no son más que comisarios políticos del poder económico. Están ahí, sencillamente. Hacen las leyes que el poder económico necesita para no encontrar demasiados obstáculos en su acción.

En América. En Latinoamérica encontramos de todo. Hay casos donde parecía que habría un cambio. El caso más reciente es Ecuador. Tiene que haber una sacudida seria en la conciencia de la gente, la gran batalla.

Europa y los caballos de Troya. Cuando la Unión Europea se extienda con nuevos países eso se va a reproducir con consecuencias que no es fácil vaticinar ahora. España políticamente va a mirar por encima de Europa, del Atlántico, hacia Estados Unidos. Cuando la UE necesitaría una cohesión política que no ha tenido, se va complicar con la entrada de nuevos países a los que interesa mucho más la política de Estados Unidos que lo que pueda ser la UE. No quiero decir que esos países vayan a ser una especie de caballos de Troya dentro de la UE, pero vamos a tener serios problemas.

Optimismo y pesimismo. No vale la pena quedarnos en si somos optimistas o pesimistas. Si una sociedad funciona bien, la gente tendría motivos para sentirse optimista, pero como funciona mal, y cada cuatro segundos se muere una persona de hambre, no hay lugar para el optimismo. Y hay que cambiarlo, pero para ello se necesitan personas, no sólo políticos. Uno se levanta por la mañana y piensa cómo es posible que uno viva en un mundo donde cada cuatro segundos una persona muere de hambre. ¡Pero como esa persona que se hace pregunta no está muriendo de hambre es como si el problema no existiera!

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