El juglar que bajó de las montañas
Femás 2015. Programa: 'The Evidence: El arte medieval de la péñola'. Obras de Alfonso X el Sabio, Machaut y anónimas de los siglos XIII y XIV. Intérprete: José Luis Pastor, laúdes, cítola, organistrum y guiterna. Lugar: Antigua Ropería del Espacio Santa Clara. Fecha: Domingo, 8 de marzo de 2015. Aforo: Casi lleno.
Tiene el Femás por hábito dar cancha en cada edición a algún talento de la música antigua local, política acertada -fomenta la carrera solística de nuestros músicos y al tiempo les permite actuar ante su público natural- pero no exenta de riesgos. Como ya sucediese con Miguel Rincón, Javier Núñez y tantos otros, el instrumentista elegido respondió ayer plenamente a esa confianza y al nivel exigido en todo un Femás.
El aracenense, uno de los escasos especialistas españoles en cuerda pulsada medieval, afrontó de pie y de memoria -como debe un buen juglar- un selecto y variado repertorio de piezas italianas, españolas, francesas e inglesas del otoño de la Edad Media, uno de los muchos mundos secretos y deliciosos que nos guarda la música antigua.
Supo Pastor sortear el gran peligro del concierto, la monotonía, con la exhibición y uso de cinco diferentes instrumentos, de variados timbres y tesituras, desde la oscura cítola a la brillante guiterne o una rara especie de zanfona con mango; más cansina, por más que propia del periodo, resultó la reiteración de cuerdas al aire como acompañamiento de las piezas monódicas, aunque fuese bien resuelta con diversas soluciones rítmicas y tímbricas, incluso llegando al rasgueo. Adaptó con solvencia las piezas polifónicas, improvisó con imaginación y supo conducir las melodías con interés, perfecto dominio del estilo y mucha claridad.
Aunque poco visitó el solista los tempos extremos -sobre todo los lentos, que se echaron de menos-, sí demostró Pastor soltura de mano izquierda en dos rapidísimas piezas italianas, cuyo contraste rítmico se agradeció. Y, contra toda prevención, nos dejó con ganas de más.
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