El viento es salvaje | Crítica de teatro

La magia de la comedia de Cádiz

Un momento de la divertida y profunda 'El viento es salvaje'

Un momento de la divertida y profunda 'El viento es salvaje' / M.G.

Con la estela de haber recibido el Premio Max 2020 al mejor espectáculo revelación por esta obra, la compañía gaditana formada por este cuarteto de estupendas actrices Teresa Quintero, Ana López Segovia, Alejandra López y Rocío Segovia llegaba por méritos propios a la programación del Teatro Lope de Vega.

Profetas en su tierra y llenas del humor y la retranca de la filosofía del carnaval El viento salvaje es la adaptación libérrima de los personajes Fedra y Medea creados por Eurípides. La fascinación de estos dos mitos, la primera enamorada de su hijastro y la segunda abandonada por Jasón se convierten en esta versión escrita y dirigida por Ana López Segovia, con la colaboración de José Troncoso en la dirección, en la historia de Mariola y Vero, hermanas, más que amigas, con destino muy dispar.

Pero si la inspiración viene de la tragedia griega lo que Las niñas de Cádiz han creado es un fresco de la realidad que bebe de toda la tradición carnavalesca de Cádiz y del cuarteto en concreto. Las rimas divertidas, los sonidos de los pitos, el silbido del afilador y la referencia al viento de Levante marcan esta tragicomedia moderna en la que, con cuatro elementos de atrezzo, las cuatro actrices pusieron en pie a un público que luchó por no arrancarse a dialogar con ellas como si estuvieran en el mismo teatro Falla.

Creadoras de un nuevo género teatral, la comedia de Cádiz, o comedia gaditana, estas niñas han crecido hasta convertirse en una apuesta sólida que ha calado hondo. ¡Y qué bien y claras sonaban esas voces en el teatro, eran el vivo grito de Gades!

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