La trayectoria del Teatro de la Maestranza en la segunda década del siglo XXI es también la historia de una lucha denodada contra los recortes presupuestarios llevados a cabo por las instituciones encargadas de velar por este proyecto. Las cifras, en picado desde 2011, reflejan cómo las administraciones siguen viendo al Maestranza en términos de gasto pero no de inversión cultural; también evidencian su falta de ambición a la hora de apostar por un proyecto cultural que nunca ha dejado de gozar del respeto del público, prueba de lo cual es una ocupación que se ha mantenido estable en el 90% pese a la evidente pérdida de poder adquisitivo de los melómanos andaluces.

Sin el entusiasta trabajo por captar nuevos recursos propios impulsado desde la gerencia, el proyecto del Maestranza sería muy diferente del que conocemos. Probablemente, como ha ocurrido en otras capitales españolas, habría sido necesario desmantelar alguna temporada lírica previamente anunciada, lo que habría tenido un grave -y tal vez irreversible- coste en imagen y marca.

Quizá esta afirmación suene un tanto apocalíptica pero no lo es si se tiene en cuenta que, desde 2009, el Maestranza ha visto disminuir hasta en un 56% su presupuesto. En la actual temporada 2013-14, el teatro cuenta para desarrollar su misión cultural con 8.974.053 euros, de los cuales las instituciones le conceden sólo 4 millones. Por primera vez en la historia del coliseo lírico, y como recordó en la presentación de esta temporada la directora gerente, Remedios Navarro, los recursos propios (un 53%) que se obtendrán a través de la taquilla y de las aportaciones de los patrocinadores y del recién creado Club de Amigos del Teatro de la Maestranza superarán a las partidas públicas (un 47%).

Al esfuerzo por controlar el gasto y obtener nuevos patrocinios se unen ahora otras acciones como el alquiler de espacios y el museo temático interactivo que el Maestranza inaugurará en breve y que ofrecerá visitas audioguiadas por el teatro. Son algunas de las medidas que Remedios Navarro ha aplicado durante su etapa -otra no menos importante ha sido repercutir en el teatro parte de la subida del IVA a los espectáculos en vivo, ahora del 21%, aplicando al espectador sólo un 6,5% de ese incremento- pero cuyos beneficios, sin duda, se multiplicarán cuando el Teatro pase a tener estatuto de fundación cultural -con su propio Patronato, al estilo de la Fundación Barenboim-Said o el Museo Thyssen- y, sobre todo, si llegara a aprobarse en esta legislatura la tantas veces prometida y aplazada Ley española de Mecenazgo, que prevé mayores atractivos fiscales para quienes inviertan en la cultura así como la promoción del estatuto social del mecenas. La ley actual de 2002 sólo permite la deducción del 25% para los particulares y del 35% para las empresas.

Tanto la gerencia como la dirección artística han tenido que lidiar con situaciones muy diferentes en esta última década desde que en la temporada 2005-2006 el teatro dispuso de un presupuesto de 9.588.988 euros, más de la mitad (5.251.269 euros) en aportaciones públicas. Evidentemente hubo días de rosas y de bonanza, que comenzaron en la temporada 2007-08, cuando durante tres años consecutivos el teatro registró una subida en sus partidas hasta alcanzarse la cifra histórica de la temporada 2009-2010, en la que contó con un presupuesto total de 13.381.357 euros, 8.136.573 aportados por las cuatro administraciones -Ayuntamiento y Diputación de Sevilla, Consejería de Cultura e Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Música (Inaem) del Ministerio de Cultura- que integran el Consorcio del Teatro de la Maestranza.

El grifo del dinero público se ha cerrado también para la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla (ROSS), protegida por sólo dos instituciones (Junta de Andalucía y Ayuntamiento). Llama la atención que, en los últimos tres años, como muestran los gráficos que ilustran esta página, el Consistorio ha sido más fiel que el Gobierno andaluz en su apoyo a la orquesta.

Si bien en 2010 y 2011 la aportación del Ayuntamiento sevillano fue inferior a la de la Junta, tras la llegada de Zoido a la Plaza Nueva las cuentas se reequilibraron. Así, en 2012 la Junta concedió 2.606.193 euros a la orquesta por 3.048.000 que puso el Consistorio. En 2013 la ROSS dispuso de 2.345.575 euros (Junta) y 3.048.000 euros (Ayuntamiento). En 2014, el gobierno municipal mantuvo su aportación intacta pero la Consejería de Educación, Cultura y Deporte que actualmente dirige Luciano Alonso volvió a limar la suya (dio 2.181.384 euros), una medida que ha tenido efectos en las retribuciones de los músicos y que coincide en el tiempo con el énfasis que Alonso ha puesto en señalar su malestar por los honorarios de Pedro Halffter.

La subida de los precios de las entradas sueltas y los abonos debido a la crisis ha tenido sus consecuencias en la taquilla de la ROSS. Desde el ejercicio 2007-08, cuando sumó 1.951, el número de abonados ha ido en descenso aunque con un leve repunte en la presente temporada (1.640 abonos). En paralelo hay que destacar la alta participación que registra el ciclo de cámara de la ROSS, confeccionado con imaginación, precios populares y una evidente implicación de los profesores de la orquesta.

En cuanto a los abonados a las óperas del Maestranza, también sensibles a la crisis y a la ausencia de esos repartos estelares que, con figuras como Leo Nucci, Plácido Domingo, Mariella Devia, María Guleghina o Roberto Alagna adornaron otras programaciones, su número ha menguado también y de los 4.114 abonados de la temporada 05-06 se ha pasado en la actual a 3.108; es decir, un millar menos.

La solicitud de entradas por el sistema de abono mixto, la opción favorita del público, ha tenido alzas y caídas según los años pero desde el agravamiento de la crisis económica en 2011 registra también un descenso: 17.173 entradas (temporada 11-12), 15.686 (12-13) y 13.135 (13-14).