Los ovnis y Aldo Moro

Ovni 78 | Crítica

Anagrama publica la última obra del colectivo boloñés Wu Ming, Ovni 78, novela entre documental y simbólica, donde los avistamientos de los 70/80 sirven de metáfora y señuelo de los poderes políticos de aquella hora

Una imagen de Encuentros en la tercera fase. Steven Spielberg, 1977
Manuel Gregorio González

17 de agosto 2025 - 06:00

La ficha

Ovni 78. Wu Ming. Trad. Juan Manuel Salmerón Arjona. Anagrama. Barcelona, 2025. 496 págs. 23,90 €

Ovni 78 es una novela, entre documental y ficticia, que trata la enorme repercusión del fenómeno ovni durante los años 70 del siglo pasado, y de la confluencia de tales novedades interplanetarias con la accidentada política europea de aquella hora. En concreto, Ovni 78 hace coincidir una convención de ufólogos en Roma con el momento en que se produce el secuestro, el 16 de marzo de 1978, del presidente de la Democracia Italiana, Aldo Moro, por parte de las Brigadas Rojas. En este sentido, es de gran importancia la obra de Leonardo Sciacia, El caso Moro, obra fascinante y desoladora, donde se investigó el secuestro y posterior asesinato del dirigente democristiano, y que fue el resultado de sus indagaciones como diputado del Partido Radical. Dicha importancia, en cualquier caso, no solo atañe a la magnitud del suceso y su monstruoso desenlace, en mayo de ese mismo año; sino al hecho de que la versión sugerida por Sciacia es, en buena medida, aquella que subyace a Ovni 78.

Ovni 78 es un inteligente pastiche, entre sociológico y periodístico, apoyado en los soportes mediáticos de entonces

A nadie se le escapa que la intensidad de los avistamientos ovnis fueron un correlato fascinante y un indicador fiable de la inestablidad política y social en buena parte del mundo. Aquí en España es fácil recordar el fenómeno UMMO, que ocupó numerosas portadas de periódicos (recientemente, una serie de televisión recordaba la popularidad y el alcance de aquel engaño), y el periodo de transición política, gravado por el terrorismo de ETA y GRAPO, principalmente. Son estos mismos “años de plomo”, que afectaron no solo a España e Italia, sino a Francia, a Alemania, Bélgica, Marruecos, etc. los que aquí se documentan y ficcionan, en uno de sus episodios más significativos, y del que sus autores extraerán conclusiones históricas, políticas y culturales, cercanas a una mirada foucaultiana. Este sesgo posmoderno es el que explicaría tanto el carácter anónimo y coral de su autoría (Wu Ming alude precisamente a este hecho, vinculable con facilidad a Derrida y a una factura popular, de raíz medieval, retomada por el marxismo), como la atención a las estructuras del poder, consustanciales a la filosofía de Foucault. Quede claro, en todo caso, que Ovni 78 no es una árida novela, sesuda y especulativa. Se trata, en mayor modo, de un inteligente pastiche, entre sociológico y periodístico, apoyado en los soportes mediáticos de entonces: artículos, grabaciones, anuncios, titulares, etc. Soportes que documentan no solo los hechos de una época, sino la época misma en su carácter “informativo”. Por otra parte, Ovni 78, en tanto que narración, exhibe un uso flexible del humor y del drama que dirige al lector, desde las puerilidades nocturnas de la ufología, a la oscuridad más inhóspita y sangrienta de la historia menor, de la intrahistoria, donde los hechos aquí recogidos se dan la mano.

Desde el hippismo a la heroína; desde la fantasía de Spilberg al terrorismo de las Brigadas Rojas; desde los boy scouts a los residuos del fascismo italiano, Ovni 78 ambiciona unir todos esos vectores en una estructura mayor, donde la ufología figura como una hermana cómica de la tragedia política italiana, consignada en el “compromiso histórico” auspiciado por la Democracia Cristiana de Aldo Moro y el Partido Comunista de Berlinguer. En ese dramático retablo, sobre el que descansa la sociedad de Italia, los ovnis serían una mera estrategia de entretenimiento y evasión, que compensa la gravedad de unos hechos “reales”. Esta parece ser la tesis última de Ovni 78, hurtándole, digamos, su aspecto negativo. Recordemos, a modo de ejemplo, que son los físicos Witkoswki y Ortoli quienes relacionan el fenómeno ovni con el comienzo de la Guerra Fría; y que será Hobsbawn quien subraye el miedo delirante, incomprensible para las generaciones futuras, que produjo la inminencia de un conflicto atómico. A este respecto, es posible insertar cuanto se recoge en Ovni 78 en dicho marco bélico y psicológico. El célebre incidente de Vorónezh (27/09/89), en las cercanías de Moscú, ocurrido unas semanas antes de la caída del muro, fue retransmitido por televisiones de todo el mundo, dando por cierto el aterrizaje de un ovni en la URSS, como presagio celeste de su derrumbe. En España, fue Luis Mariñas, presentador del Telediario 1, el encargado de trasmitirnos la noticia. En este mismo sentido, la literatura y la filmografía extraterrestres, desde H. G. Wells a Independence Day, no han hecho sino abundar en el carácter amenazador y el sino apocalíptico de la ensoñación ovni. Una ensoñación que excede -bien lo sabían Schiaparelli y Lowell- las numerosas astucias del poder terrícola.

Dicho lo cual, destaquemos, una vez más, la naturaleza compleja, sutil y tragicómica de Ovni 78.

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