Susana Martín Gijón: “La Historia que conocemos no es la real, es una versión distorsionada”

La autora viaja a la Granada del siglo XVI con ‘La Capitana’, un ‘thriller’ en el que recupera como religiosos con dotes detectivescas a “dos personajazos”, Sor Ana de Jesús y Fray Juan de la Cruz.

Ray Bradbury, nuestro clásico más querido

La escritora Susana Martín Gijón, la semana pasada en una ruta literaria en Granada. / Francisco Neyra
Salvador Gutiérrez Solís

07 de octubre 2025 - 06:30

Susana Martín Gijón (Sevilla, 1981) regresa al ampuloso siglo XVI, en esta ocasión a Granada, con La Capitana (Alfaguara), un thriller histórico protagonizado por fray Juan de la Cruz y sor Ana de Jesús, dos religiosos con dotes detectivescas.

Pregunta.–¿Qué van a encontrar los lectores que se acerquen a La Capitana?

Respuesta.–Es un thriller histórico en la Granada del siglo XVI, protagonizada por personajes de gran trascendencia. Una trama criminal, detectivesca incluso, en un periodo histórico fascinante, en el que se producen grandes cambios.

P.–¿Habría sido posible esta historia sin La Babilonia, 1580 (Alfaguara, 2023)?

R.–Pues, probablemente, no. En La Babilonia 1580, casi sin pretenderlo, me encontré con dos mundos completamente diferentes apenas separados por unos metros en esa Sevilla libertina. Eso me llevó a seguir interesándome por esta época de nuestra historia, que ya conozco bien gracias a la profunda documentación que realicé. Y ahí es donde encuentro a sor Ana de Jesús, en su convento de Granada, un personaje que me fascina desde el primer momento.

P.–En La Capitana brilla una trama muy bien urdida, pero también sus protagonistas: fray Juan de la Cruz y, sobre todo, sor Ana de Jesús.

R.–En un principio, sor Ana de Jesús tal vez sea menos literaria que la carmelita María de San José (discípula de Santa Teresa de Jesús), una de las grandes protagonistas de La Babilonia, 1580. Pero cuando investigué sobre su figura, me encontré con una mujer muy fuerte que viaja a Francia, a Madrid o a Bruselas, para fundar congregaciones de su orden y que cuenta con iniciativa propia. Estuvo presa tres años en Madrid, y eso no le supuso que no siguiera con su lucha. Es una mujer que me atrapa desde el primer momento. Y documentándome descubro que en 1585, San Juan de la Cruz, nada más y nada menos, se encuentra en Granada, y que coincide en el tiempo con sor Ana de Jesús. Un Juan de la Cruz que protagoniza unos meses antes una huida muy cinematográfica de la cárcel de Toledo. Físicamente eran muy diferentes, Juan de la Cruz muy bajito y delgado, demacrado, mientras que Ana de Jesús era toda una mujerona. O sea, me encuentro con dos personajazos que no puedo desaprovechar. He tratado de ponerme bajo su piel, para que resultasen creíbles.

P.–En La Capitana las mujeres vuelven a tener una presencia importante, como sucedía en su anterior novela (La Babilonia, 1580), lo que puede hacernos sospechar que realmente la tuvieron, en este y otros periodos históricos, pero que no nos lo han contado...

R.–Evidentemente, las mujeres de esa época estaban terriblemente constreñidas por el sistema patriarcal en el que vivían. Si todavía hay cosas que cambiar, cómo sería la desigualdad en el siglo XVI… No existía la mínima igualdad con los varones. La Historia que conocemos no es la real, es una versión distorsionada. Y la novela puede tener esa capacidad reparadora, de recuperación de importantes nombres de mujer, que merecen ser rescatadas del olvido. María de San José, por ejemplo, la religiosa protagonista de La Babilonia, 1580, es una escritora excepcional, de una calidad similar, como poco, a la de los autores hombres que hoy conocemos.

P.–¿Le ha costado que la trama de su novela encajase en el periodo histórico, ha tenido que tomarse muchas licencias?

R.–En La Capitana, los hechos y personajes históricos cuentan con un mayor peso, hay mucho más rigor en lo que relato. La mayoría de las situaciones que describo sucedieron tal y como las narro, y se puede consultar y comprobar. Introduzco situaciones en la trama que podrían haber sucedido, pero encajándolas perfectamente en el contexto de ese periodo histórico. He tratado de mantener el equilibrio entre el rigor y la ficción.

P.–Siempre ha sido una narradora conectada con la actualidad, como pudimos comprobar en su trilogía (Progenie, Especie y Planeta), protagonizada por la inspectora sevillana Camino Vargas, a la que por cierto muchos lectores echan de menos. ¿Cómo ha sido sumergirse en la novela histórica?

R.–Yo siempre he sido muy lectora de novela histórica, un género que me apasiona. Y he entendido mis dos últimas novelas como un auténtico desafío, y puede que como una evolución, por lo mucho que he aprendido. Siento que he crecido mucho como escritora.

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