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Doble fondo

Casado reniega de Vox y del multipartidismo

El líder del PP tacha de “desastre” el pluralismo político y apela a los simpatizantes de Abascal y de Arrimadas para gobernar “sin palos en las ruedas”

El secretario general del PP, Teodoro García Eegea, y el líder del partido, Pablo Casado, durante la reunión de la dirección nacional en Génova este lunes pasado.

El secretario general del PP, Teodoro García Eegea, y el líder del partido, Pablo Casado, durante la reunión de la dirección nacional en Génova este lunes pasado. / David Mudarra (EFE)

El ex presidente José María Aznar reapareció en el XXV aniversario del primer triunfo del PP en unas elecciones generales para volver a criticar a sus sucesores en el liderazgo del partido, Mariano Rajoy y Pablo Casado, por desunir el proyecto de centroderecha que él forjó, obviando que él lo tuvo mucho más fácil al estar sumido en esa alternancia binaria entre PSOE y PP que pasó a mejor vida con la irrupción de Ciudadanos y Podemos, en primera instancia, y luego (y ahora) de Vox.

Un destacado aznarista, Jaime Mayor Oreja, ha alertado incluso del "riesgo de extinción" del PP si no se integra con la ultraderecha en una relación casi de iguales.

Oídos sordos

Cantos de sirena para el actual PP de Casado, que se toma estas recurrentes críticas a la desunión del centroderecha y esas medallas que se cuelga el ex presidente del Gobierno de que logró unir a "todo lo que estaba a la derecha de la izquierda" como algo ajeno que no tiene nada que ver con el presente.

Un resquemor agudizado en el entorno de Rajoy, sobre todo por la relación privilegiada que Aznar ha mantenido con los líderes de Ciudadanos, Albert Rivera, y de Vox, Santiago Abascal, a los que ha cuidado con mimo, frente a las críticas que no se ha reservado al proyecto del que nombró como su sucesor en 2003.

El sucesor del sucesor, Casado, ha decidido poner tierra de por medio con la derecha a su derecha y para él sería un problema (que no para ella) que su candidata a la reelección en Madrid, Isabel Díaz Ayuso, tuviera que beber de la fuente de Vox para mantenerse en su despacho de presidenta regional en la Puerta del Sol.

Por eso no quiere que los madrileños se queden mirando al dedo en vez de a la luna el 4 de mayo y este martes ha pedido el voto a los simpatizantes de la formación que lidera Santiago Abascal.

Casado: "El multipartidismo es la peor noticia que ha tenido la democracia española en diez años. Ha sido un desastre"

Lógico, de todo punto y matiz. Lo que no cuadra es que Casado reniegue del pluralismo en la vida política. "Yo voy a decir una cosa muy clara, el multipartidismo es la peor noticia que ha tenido la democracia española en diez años. Ha sido un desastre". Son las palabras del presidente del PP este martes en una entrevista con Ana Rosa Quintana en Telecinco.

"Lo peor que le ha pasado a España en los últimos años ha sido la corrupción, el desempleo y cómo nos han vendido a los partidos nacionalistas", ha sido la réplica que le dio por evidentes alusiones la líder de Cs, Inés arrimadas.

El líder del PP debe añorar las batallas del bipartidismo y la ausencia de esa geometría variable que le da mucho más juego a la izquierda, ese "refugio de golpistas y batasunos, de okupas y bolivarianos" al que su alumna aventajada en Madrid reduce al socialismo de Pedro Sánchez.

Todo empieza en Madrid

Casado se afana en dejar claro que la unión de todo lo que está a la derecha del PSOE, "incluidos socialdemócratas avergonzados", llegará. Y que todo debe empezar en Madrid. Pero no quiere pasar por el aro de Vox y confía en que gobierne "solo" en la Comunidad de Madrid y pueda ejecutar su programa electoral con "manos libres" y sin "palos en las ruedas" de otros partidos.

Por eso ha apelado a los votantes de Ciudadanos y de Vox, enfatizando que si se divide el voto de centroderecha, "va a seguir gobernando Pedro Sánchez". Lo que es una forma velada de reconocer que si Ayuso debiera comulgar con las ruedas de molino de Vox la ruptura de la unidad de acción, ese juntos pero no revueltos con la ultraderecha que Casado escenificó en la moción de censura en octubre, quedaría en entredicho, una china en su zapato que podría cobrar forma de roca en su  camino por el centro hacia Moncloa.

La candidata de Vox, Rocío Monasterio, hurga en la herida y asegura que tras el 4-M se sentará con Ayuso para "intentar formar un Gobierno", algo que ve factible, "si no entra Génova en esta discusión".

El recelo vive perenne entre Génova y Sol. La relación entre Casado y Ayuso es cordial, pero se está cubriendo de suspicacia. La campaña madrileña puede entenderse como un punto más de fricción entre la baronesa y la dirección nacional del PP. La marca Ayuso trasciende a la de Casado y el entorno de ésta reclama "autonomía absoluta" ante el 4-M.

La geometría multipartidista hace refulgir ante el espejo de Casado a Vox, que abrirá la campaña del 4-M en territorio comanche, en Vallecas, un fortín de la izquierda...

Casos y cosas del multipartidismo, que diría Casado.

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