El sonido del tenis en España está unido a los comentarios de Álex Corretja, tanto en TVE com en Eurosport (y en este fin de semana de Roland Garros, en DMax). Es un comentarista que siempre tiene la apreciación adecuada y una didáctica desenfadada que los aficionados agradecen y se animan a la interactuación. Está totalmente alejado del forofismo futbolero que rechina en tantas tertulias-gallinero. Corretja es un experto en la cancha que la pisó con soltura con la raqueta y mantiene ese tono cuando esgrime el micro. No se arruga.

En la entrevista de ayer tarde con Felipe VI (el monarca comunica muy bien, se nota que en casa los ensayos le han cundido), se animó a decir que estaba ante el Rey de España, pero que había que reconocer que Rafa Nadal es el rey de la tierra. No hace falta añadir otro titular de Marca al imposible título número 14 ante ese epíteto.

Corretja forma dúo de narración con Fernando Ruiz en Eurosport. Otra de esas voces expertas que añaden lo preciso en la narración de los partidos y en la valoración posterior. El tenis permite un relato pausado. Y pese a los éxitos, qué decir de Nadal, los índices de audiencia no son mareantes: su duración variable, un visionado que exige cierta concentración, impiden que incluso con un título español se disparen los audímetros. Aun así DMax ayer habrá anotado con la final de Roland Garros una cifra cercana a los dos dígitos de cuota.

El tenis es asunto de TVE en abierto, en todos los torneos que el presupuesto lo permite (hay bastante directo en Teledeporte), pero se echa en falta una apuesta entre las grandes privadas. Una figura emergente como Carlos Alcaraz parece llamado a dar muchas alegrías españolas pero las cuentas parecen no salir entre derechos de imagen y resultados de audiencia. Tanta TDT para tan poco.

El tenis merece más parcela en abierto, hay cancha por delante, pero parece destinado a ser un deporte de plataformas de pago. Tal vez Discovery se podría plantear dar un perfil más deportivo a DMax.