El tipo es de los que no se queda quieto, se sube y se baja del taburete, mira continuamente al camarero y a la puerta de salida, se conoce a la perfección el mundo de las encuestas, repite que un buen sondeo en una ciudad de casi 700.000 habitantes debe tener un mínimo de dos mil entrevistas personalizadas... “Todo lo demás son intentos por agradar al cliente. Lo más importante que veo ahora mismo en Sevilla es una falta absoluta de ambiente electoral. Lo de ahora no tiene nada que ver con las primeras elecciones democráticas de las que tú es imposible que te acuerdes, ni con las de 2011, cuando se produjo el resultado de los veinte concejales del PP. Entonces se percibían los fuertes vientos de cambio. La gente no habla de las elecciones, salvo vosotros, los periodistas. La política municipal, que era la que siempre más interesaba, está condicionada por la polarización nacional. Creo que ese ambiente más amable que siempre han tenido estas elecciones locales está más descafeinado que nunca por la crispación nacional. Veo candidatos de Sevilla que no se han enterado de que la ciudad ha cambiado sustancialmente, veo a los partidos sin imaginación, usando recursos de hace diez, quince o veinte años, veo una romería del Rocío que afecta mucho a Sevilla. Te repito: mucho. Aquí la gente no habla de política salvo para poner verde a Sánchez, lo que perjudica al PSOE. Y veo que al PP afectará y mucho la ausencia de ambiente electoral y que la gente se vaya a la aldea. También percibo que los barrios han cambiado desde el punto de vista sociológico y hay quienes no se han dado cuenta. Ojo que el PSOE puede subir y subirá en el casco antiguo, víctima de la gentrificación por el turismo. Y está por ver cómo afecta a zonas muy pobladas como el Cerro o el Norte, esa palmaria falta de tensión electoral. ¿Pero tú oyes a alguien hablar de las elecciones por la calle?”.

Una taza de café y un bloc de notas.

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