Crónica personal
Pilar Cernuda
Un problema para Sánchez
Teletrabajo
Con la pandemia ha surgido la posibilidad o necesidad de que trabajos que se hacían habitualmente en espacios de la empresa, se realicen desde el hogar del empleado, bien de forma total o híbrida. También, tras el fracaso de experiencias como la de WeWork, surge ahora con fuerza el alquiler mensual, incluso diario, para trabajar desde lugares o espacios de coworking, que la empresa habilita fuera de su centro de trabajo, aprovechando la flexibilidad de poder ampliar o reducir su uso.
Encuestas a empresas europeas y sus respuestas a la crisis actual desde la perspectiva del trabajo en el hogar, sugieren al menos siete ideas. Primero, las empresas ponen énfasis en la salud, bienestar y seguridad de sus empleados; segundo, atienden a su misión de garantizar la viabilidad de la empresa en el tiempo, y a unos estándares de productividad que tienen que evitar se deterioren; y tercero, han de gestionar adecuadamente la organización del trabajo en las nuevas circunstancias, incluyendo la adaptación tecnológica y la formación. Cuarto, es especialmente significativa la consideración del riesgo de seguridad informática del trabajo híbrido, pues son más vulnerables equipos que no se encuentran en la sede de la empresa. Quinto, se plantean el interés o no de los trabajadores en mantener una situación mixta de trabajo presencial y en el hogar, y cómo se ajusta a los intereses de la empresa. Sexto, la presencialidad favorece la colaboración entre trabajadores, así como la cultura de la empresa y su imagen de marca; las empresas han de ver cómo mantienen estos valores en el trabajo híbrido. Séptimo, surgen asimismo decisiones sobre el uso de inmuebles con relación a la presencialidad, y en su caso la adecuación de los espacios.
Según datos del INE, entre el segundo trimestre de 2020 y el segundo de 2021, el porcentaje de personas que trabajan algún día desde el hogar cae del 19,1 % al 14,7% en España y del 16,2% al 12,0% en Andalucía (antes de la pandemia las medias comparables de trabajo en el hogar estaban en el entorno del 5%). Dentro de estos porcentajes del 14,7% y 12,0% actuales, hay dos grupos, los que trabajan más de la mitad de los días de la semana, y los que trabajan sólo uno o dos; cae fuertemente el primer grupo, pero, aunque no compensan esa caída, aumentan los que trabajan uno o dos días, de 2,9% a 5,3% en España, y de 2,9% a 4,9% en Andalucía. Actualmente las mujeres, tanto en la media de España como de Andalucía, superan a los hombres en cuanto a teletrabajo, sobre todo en las edades entre 35 y 44 años.
Desde luego estas cuestiones se plantean de manera distinta según la empresa y su capacidad para trabajar digitalmente, así como el tipo de trabajo; sin embargo, observamos que la crisis sanitaria ha propiciado el perfeccionamiento y uso generalizado de herramientas para el trabajo a distancia, y abre posibilidades a trabajos administrativos, creativos o informáticos que pueden realizarse desde el hogar. Además, se plantean situaciones que afectan claramente al bienestar de los trabajadores, que han sido inicialmente abordadas en la legislación española, y a las que han mostrado gran sensibilidad las empresas. Como síntesis, podemos señalar en primer lugar que se comprueba una reducción del trabajo híbrido al normalizarse la situación, aunque aumenta el trabajo en el hogar menor a la mitad de los días laborales. Segundo, las empresas prefieren en general el trabajo presencial por los motivos que recogemos, pero se han creado expectativas en algunos trabajadores respecto a trabajar entre uno y dos días en el hogar, que se están atendiendo. En tercer lugar, el rumbo que tome el trabajo híbrido afectará sin duda a otros aspectos de la economía, como el transporte, oficinas, y mejoras en el hogar, por lo que es necesario un conocimiento puntual de su evolución mediante una nueva estadística pública sistemática y detallada.
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