Eduardo Florido

Pablo Machín no es un rey mago

El voleón

Se reiventó y subió a su carro a Promes, Roque Mesa..., ahora Gnagnon, y pide fichajes: dénselos

07 de enero 2019 - 02:33

Demasiadas veces ha repetido Joaquín Caparrós que es muy difícil mejorar la plantilla del Sevilla cuando quizá lo verdaderamente difícil sea mejorar la gestión de Pablo Machín. La cuesta de enero empezó para el Sevilla con un empate tras un hermoso pulso con un Atlético que tiene más del doble del presupuesto y un equipo hecho que juega de memoria. En cambio, Machín continúa con su trabajo de hormiguita, exprimiendo al máximo su escueta plantilla y esperando algún refuerzo prometido...

El último milagro de Pablo Machín ha sido subir al carro a Gnagnon, que de inicio llegó a causar una hiriente hilaridad. Antes lo había hecho con otros futbolistas en los que el aficionado sevillista, en general, y la crítica deportiva habían perdido la confianza. No lo logró con Muriel, pese a que le dio muchas oportunidades y también mucho cariño ante el claro desencanto que empezó a notar por parte de la afición. Pero es que Muriel no mostró el mínimo atisbo de amor propio.

Sí subió a Roque Mesa a ese carro de la fe y el compromiso que ha ido modelando Machín como el hada madrina de Cenicienta creó una fastuosa carroza de una calabaza. También lo logró con Promes como alternativa válida para el carril derecho, cuando el holandés fue fichado como extremo izquierdo. E incluso con Carriço, jefe de una zaga que venía pidiendo a gritos una ITV en toda regla desde años atrás. Pero el portugués, aun con su gran temporada, tiene sus carencias, como las tiene una zaga hecha de retales.

Machín se reiventó a sí mismo con una medular que nadie imaginó en verano. Y ahí sigue al final de la primera vuelta. Y eso que no es un rey mago. Más bien es el mago de la fantasía. Los aciertos de Caparrós con Machín, Vaclik, Sergi Gómez o Andre Silva bien merecen otro esfuerzo de fantasía en forma de fichajes. Porque al mago se le puede gastar la varita y enero, con su cuesta, pide realidades.

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