Análisis

Tomás garcía rodríguez

Doctor en Biología

Plazas históricas en San Andrés

En la antiguamente llamada "Plaza Grande" destaca la Casa Lissén

La iglesia de San Andrés es una de las veinticuatro que ordenó construir Fernando III tras la conquista de Sevilla en 1248, a través de las cuales dividió la antigua Ishbiliya andalusí en otras tantas collaciones. Es posible que se fundara sobre una mezquita, siendo reconstruida en gran parte en el siglo XIV según cánones gótico-mudéjares y profundamente restaurada en el XVIII. Alberga obras maestras de artistas con taller en la capital hispalense: Alonso Vázquez, Francisco Pacheco, Juan de Valdés Leal (con sepultura y lápida conmemorativa), Juan de Roelas, Jerónimo Hernández o Sebastián Santos. Desde época medieval, quedaron al norte y al sur del templo dos espacios abiertos denominados en principio plaza Grande y plaza Chica, respectivamente. La mayor constituía la antesala principal de entrada a la iglesia y mantenía centurias atrás una fuente en su centro, mientras la Chica estaba destinada a cementerio parroquial y estuvo presidida por una cruz durante largo tiempo.

En la antigua plaza Grande, rotulada plazuela o calle San Andrés desde el siglo XV hasta hoy, destaca una grandiosa casa palacio frente a la portada de la iglesia esquina con Cervantes, cuya edificación sobre una vivienda preexistente fue encargada a José Espiau Muñoz en 1918 por el acaudalado comerciante de aceites José Julio Lissén. Dicho arquitecto, que llegó a levantar una plaza de toros en el barrio de San Bernardo, sería uno de los propulsores del regionalismo hispalense, estilo ecléctico que determinaría un nuevo perfil urbano entroncado con la multicultural esencia de Sevilla. La Casa Lissén, no muy conservada y actual sede de un organismo público, constituye una de las obras más suntuosas de esta admirable revolución arquitectónica a través de su maravillosa azulejería, hierros forjados, mármoles, artesonados y yeserías.

La primitiva plaza Chica o del Cementerio ha estado dedicada desde 1875 al excelso poeta y humanista sevillano del Siglo de Oro Fernando de Herrera "el Divino", que posee una lápida conmemorativa junto a la magnífica portada gótica de poniente situada a los pies eclesiales. La plazuela sufre una importante ampliación en los pasados años setenta y pasa a denominarse plaza Florentino Pérez Embid hasta hace un par de meses, cuando recupera su rotulación en recuerdo a Fernando de Herrera. Para rizar el rizo, los sevillanos solemos llamarla de San Andrés... Este histórico enclave expone un elegante caserío y se ve ensalzado por catorce naranjos, bancos de forja y un hermoso pavimento cuadriculado de chinos encintados con adoquines de Gerena, mostrándose como un lugar apacible que nos brinda belleza, arte e historia.

"Fernando de Herrera tuvo por patria esta noble cibdad; fue de onrados padres, dotado de grande virtud, de ábito eclesiástico i beneficiado de la iglesia parroquial de San Andrés. No tuvo orden sacro, pero con los frutos del beneficio se sustentó toda su vida, sin apetecer mayor renta" (Libro de los Retratos, Francisco Pacheco).

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