Fernando Mendoza

San Pedro Penitente de Murillo y el expolio artístico de Sevilla

TRIBUNA

El autor reflexiona sobre el cuadro de Murillo que va a ser subastado en los próximos días y recuerda el robo de obras de arte que sufrió Sevilla durante la invasión francesa (1808-1813)

El San Pedro Penitente de Murillo.
El San Pedro Penitente de Murillo. / Ángel Díaz

24 de febrero 2023 - 06:00

El espléndido cuadro de Murillo, San Pedro Penitente, va a ser subastado en los próximos días como uno de los restos del naufragio de Abengoa. El cuadro y su circunstancia, que fue entregado por Justino de Neve en su testamento al Hospital de Venerables, nos hace recordar el expolio artístico que sufrió Sevilla durante la invasión francesa (1808-1813).

Pintado hacia 1675, este óleo sobre lienzo permaneció en Sevilla hasta 1810, cuando fue expoliado durante la invasión napoleónica, y no regresó a España hasta 2014.

Las tropas napoleónicas no tuvieron miramiento alguno con el fabuloso tesoro artístico de la ciudad, la capital cultural española entonces. Según el profesor Valdivieso, los invasores robaron, nada menos que 999 piezas de los mejores pintores de la historia del arte español. Esta acumulación artística estaba, en gran parte, generada y custodiada por las órdenes religiosas que, al ser Sevilla el centro de comunicación con las Indias, mediante las flotas periódicas, tuvieron unos largos años de prosperidad, lo cual les facilitó fondos para realizar encargos a los artistas sevillanos.

Estos cuadros dejaron Sevilla con rumbo a un futuro museo de Napoleón, que nunca se realizó. Una vez en París, la colección fue disgregada y vendida y hoy se encuentra en los mejores museos. Algunos cuadros volvieron a España, pero pocos a Sevilla, quedándose en Madrid, en el museo del Prado.

El mariscal francés Soult, el autor del gran robo sevillano, fue uno de los mayores depredadores, quedándose con algunas de las mejores piezas de Murillo y otros grandes pintores para su colección particular.

La Fundación Focus-Abengoa recuperó para Sevilla el San Pedro penitente de los Venerables que, hasta hace poco, podía admirarse en el Centro Velázquez que acogía este edificio, fundado por el canónigo de la Catedral e íntimo amigo de Murillo, Justino de Neve. Este eclesiástico fue un notable gestor sevillano y su mayor obra fue fundar el Hospital, asilo dedicado a amparar a sacerdotes mayores sin medios económicos.

En 2012, el entonces director de Investigación y Conservación del Prado y hoy director de la National Gallery, Gabrielle Finaldi , dio con la pista del cuadro, hasta entonces desconocida.

En 2014 Abengoa lo adquirió y lo cedió a su Fundación. Después se envió al Prado, con el que Focus-Abengoa mantenía una estrecha colaboración, para someterlo a una restauración, a cuyo término estuvo expuesto en la pinacoteca madrileña.

La pintura se encontraba desde 1701 en uno de los retablos de la iglesia, de donde la confiscó en 1810 el mariscal Soult, en cuya colección permaneció hasta su muerte en 1851 . Desde entonces, la obra pasó por diversas colecciones privadas, motivo por el que pocos expertos sabían de su existencia.

El actual director de la National Gallery lo conocía por el célebre catálogo razonado de Diego Angulo, que dio cuenta del cuadro a través de una fotografía en blanco y negro. A partir de ahí, Finaldi siguió su pista a través de la empresa de subastas Sothebys hasta dar con el propietario de entonces: un coleccionista de origen iraní con domicilio en la Isla de Man (Reino Unido), que había adquirido la obra en 2005.

Su compra por Focus- Abengoa en 2014 y su vuelta al Hospital de Venerables, edificio para el que fue pintado, culminaron una brillante operación histórica y cerraron un lamentable episodio de latrocinio masivo contribuyendo a cerrar algo la grave herida a nuestra ciudad.

Pues bien, la Historia no está nunca cerrada. Si los poderes públicos, Ayuntamiento, Junta de Andalucía y Gobierno central, no reaccionan, protegiendo el Murillo, y permiten que se celebre la subasta y el cuadro salga del Hospital de Venerables y Sevilla, se habrá repetido una nueva operación Soult 2.0. para vergüenza de la ciudad y de la cultura española.

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