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Análisis

FÁTIMA DÍAZ

Los Scott, gemelos muy diferentes

'Hermanos a la obra: Drew se nos casa' es la entrega más personal de la saga

Los gemelos Scott se han convertido en parte de nuestras vidas gracias a sus programas de reformar casas. Los hermanos han sabido convertir la divertida dinámica que tienen en una de las bazas ganadoras de su espacio. Pudimos verles renovar la casa familiar, enfrentarse uno al otro en divertidas competiciones de reformas contrarreloj, y ahora han dado una nueva vuelta de tuerca a su programa. Los Scott se han embarcado en Hermanos a la obra: Drew se nos casa (los sábados a las 13.30 horas en Divinity), en la que muestran la reforma de la vivienda destinada a ser el hogar de Drew una vez que se convierta en un hombre casado. Porque resulta que la familia Scott se va de boda. Drew, el experto agente inmobiliario, se casará con su novia, Linda Phan, en mayo. Tal vez le suene la cara de Linda; es porque trabaja codo con codo con su prometido y ha participado en algunas entregas de La casa de mis sueños y Los gemelos decoran dos veces. La afortunada es directora creativa de la compañía inmobiliaria de los Scott y ha colaborado con los hermanos en algunos de sus proyectos televisivos.

Aunque el parecido físico de los gemelos es evidente (es obvio, pues son gemelos), las semejanzas entre ellos acaban ahí. De hecho, una de las diferencias más curiosas es que, mientras que Jonathan es diestro, Drew es zurdo. Además, Drew tiene una personalidad más extrovertida, mientras que Jonathan es más tímido y reservado. O, como Drew ha explicado alguna vez: "la diferencia es que yo tengo personalidad y Jonathan no. Es un robot".

En el amor también tienen suerte desigual. Drew se casará con Linda el mes que viene, mientras Jonathan acaba de anunciar el final de su relación con Jacinta Kuznetsov, tras dos años de matrimonio.

Desde que los gemelos Scott apostaron por las reformas, han convertido su pasión en su negocio. Aunque comenzaron sus primeros pasos en el mundo del espectáculo intentando ser actores, la cosa no salió como esperaban. También son grandes aficionados a la música; de hecho, han publicado un álbum de country. También probaron suerte como actores sin demasiada repercusión. Luego probaron con el mundo inmobiliario y a los 18 años compraron su primera casa. Ganaron 50.000 dólares por reformarla y pensaron que esta era una buena profesión, por lo que estudiaron diseño y construcción en la universidad. No fue mala elección pues La casa de mis sueños combina sus dos pasiones, alcanza las nueve temporadas y se ha emitido en los cinco continentes. Además, la saga parece no tener fin. Ahora vemos la reforma más personal de Drew.

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