
El Poliedro
Tacho Rufino
Intangibles vaticanos
Está bien, al menos nos parece ocurrente la carta que el alcalde le ha enviado al ministro Puente, esa especie de cancerbero del sanchismo, el mostrenco para algún que otro opinador. La gracia de dicha misiva es que está escrita en catalán, ese dialecto convertido en idioma cuasi oficial en este pobre país aún llamado España. El recurso se le ha ocurrido a José Luis Sanz como medida para urgir a dicho ministro a la agilización del proyecto de conexión entre Santa Justa y el aeropuerto. Tiene gracia si no fuese por las ganas de llorar que le entran a uno viendo el papel que el secesionismo catalán recita en este régimen autocrático que padecemos. ¿Le contestará el racial ministro a nuestro regidor? ¿Lo hará en el lenguaje de Mosén Verdaguer o en el de Cervantes? Quién sabe, pero si no fuera por las ganas de llorar...
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