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DERBI Sánchez Martínez, árbitro del Betis-Sevilla

Hoy, Viernes de Dolores, el Ángel de la Fama que corona la fachada universitaria, nos despierta con su clarín para que vayamos a recibir a Jesús de Nazaret, no en vano esta estatua representa el camino que hay que recorrer para alcanzar la gloria. Comienza la Pasión de Nuestro Señor. Las hermandades de vísperas extienden, con sus misterios penitentes, la alfombra de gradas bajas catedralicias para la procesión de palmas del gran domingo que Carlos I eligió para su boda con Isabel de Portugal, invistiendo a Sevilla de Emperadora del mundo. La ciudad se paraliza ante la magna danza de rituales hispalenses. Costales blancos, fajas, zapatillas y el esparto mezclando su olor con incienso, azahar, canastillas de claveles y nardos en flor. Los barrios se unen a la gran fiesta… Prendimiento en el Huerto de los Olivos de Pino Montano, Pasión y Muerte en Triana, Salud y Remedio en Bellavista, la Misión en la ciudad del sol, al final de la Palmera, y la Corona de Cristo en el Sagrario de Naranjos de la Puerta del Perdón. Martillos que llaman con la fe de Giganta, chicotás de fervor que el pueblo arrastra, nazarenos de capa y de cola, esplendor infinito de oración y penitencia.

Un quebranto lebrijano late en el balcón de mis amores para María Franciscana… Dolores tenías que ser, no podía ser de otra "jechura" que esa mirada, mujer, solo la pueden tener los ojos de tu hermosura. Saeta rancia de la patria de Elio Antonio que pellizca mi corazón, henchido de amor.

Un amor que me sabe a noche de plegarias y derroches de siguiriyas fragüeras, del Niño Gloria y Centeno, de Vallejo, Caballero y don Antonio Mairena. Que no falten las falsetas para este amor sevillano, con el que nacen saetas entre barrotes forjados por un yunque de "soníos", y martinetes sembrados de claveles perfumados por el arte de un "quejío". Un Amor que me sabe a tierra penitente y mariana donde mamé de sus fuentes, de sus torres y campanas, de sus corrales y patios, de sus fiestas y veladas, de sus blancos azahares, de sus coplas y tonadas, de sus viejos arrabales y de la fe nazarena de Sevilla y sus cofrades, Sevilla y sus hermandades, Sevilla y su "gente güena". ¡Que se abran las puertas del gran Coliseo cristiano de la Semana Santa de Sevilla! ¡Que comience la Fiesta!

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