Jo, el carrito del helado

Irrespirable el ambiente que reina por obra y desgracia de esa polarización que para lo único que sirve es para instalar una atmósfera prebélica con el país cainitamente dividido entre buenos y malos según el color del cristal con que se mire. Lo nuevo, aparte del politizado espectáculo de la utilización de unos hijos y que da arcadas, es la caza del currículum, que lleva trazas de antojarse apasionante por un lado y nauseabundo por todas las demás. El caso Noelia Núñez ha abierto un nuevo melón en el que van a emplearse a fondo a la búsqueda de cuántos son los que andan con el carrito del helado. El y tú más en perfecto estado de revista para dejar sin argumentos a un alto porcentaje de la clase política. Y no es por el fervor que despierta la titulitis sino por el nefando pecado de mentiroso que maquilla a brochazos el historial particular. Lo de la joven diputada del PP ha disparado la cacería, algo que resulta bastante extraño tras saberse de hace años que ni la cúpula está libre de sospechas absolutamente fundadas.