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El portavoz del Gobierno de la Junta, Elías Bendodo.

El portavoz del Gobierno de la Junta, Elías Bendodo. / Efe

La política andaluza ha atravesado la Navidad bajo el volcán de la polémica del plan de ajuste… y en cambio, sorteando la polémica del Rey. Salvo Moreno Bonilla, que se deshizo en elogios hacia el Monarca: "…Como ha señalado SM el Rey en su mensaje de Navidad, sigamos avanzando desde la unidad por un mejor futuro y por todo lo que los españoles hemos construido juntos". Bueno, lo de la ‘unidad’ es un decir, más bien seguimos avanzando en la bronca. El PSOE andaluz ha evitado cualquier alusión al Rey, tal vez por no molestar a Ferraz, aunque allí al final tuvieron que sacar a Cristina Narbona para no llamar la atención; y en Cs también se quedaron con la versión oficial de Madrid, que no es tiempo de asumir riesgos. En Vox y Adelante Andalucía, silencio. La pasión, en cambio, sigue incendiando la polémica del plan de ajuste.

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De repente Rogelio Velasco, el consejero de Economía de la Junta, hizo algo asombroso: decir la verdad. Así tal cual, la verdad en seco. Algo tan absolutamente insólito que corrió como la pólvora. Velasco admitió que Andalucía no está intervenida. Y lo hizo con la sencillez y naturalidad con que el senequismo andaluz aconsejaba decir la verdad. No en vano Séneca era de aquí.

Todo lo que dijo Rogelio Velasco es, sencillamente, razonable y correcto: "La palabra intervención suena muy fuerte, por eso yo creo que no es conveniente utilizarla. Andalucía no está intervenida, porque intervención es cuando hay un desastre financiero en una institución pública o privada. No es el caso. Andalucía tiene recursos para seguir funcionando perfectamente". La entrevista oportuna de dos colegas de eldiario.es, Dani Cela y Lucrecia Hevia, tiene el efecto del niño que pronuncia que "el rey está desnudo" en el cuento de Andersen. A partir de ahí la milonga del 155 contra Andalucía ya no era sostenible.

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¡Ja! ¿Quién pensó que una vez que se pronuncio Rogelio Velasco, como el niño dice "el rey está desnudo" en el cuento de Andersen, la milonga del 155 contra Andalucía ya no era sostenible? Por supuesto que sí. La consigna sigue siendo no permitir que la realidad te estropee la consigna. Hay que insistir en el 155, en el golpe de Estado, y nada de admitir que se aplica un mecanismo que se viene aplicando desde hace años. Para eso está Juan Bravo, aunque en privado admita lo contrario, como se recoge en la correspondencia con la ministra. Él sí que tiene aspiraciones políticas, y no va a arriesgarse a decir la verdad. Al revés, sostiene que es una intervención y además acusa, ay, de ser una intervención ilegal.

Y además el PP cuenta para eso con Ciudadanos, que en su extraño viaje el centro liberal, siguen compitiendo con Vox a ver quién da el titular más rudo. La tesis de Cs es que Sánchez premia a los golpistas y castiga a los buenos españoles. En fin, un maniqueísmo de buenos/malos que ni en las catequesis de los tiempos oscuros bajo palio. Lo del portavoz Sergio Romero es de aurora boreal: "Si apruebas dos Presupuestos y luchas contra la corrupción, te interviene las cuentas". O sea, que el Gobierno no aplica la Ley de Estabilidad Financiera sino que actúa por venganza tras los ERE… y eso dicho con todo aplomo, sin enrojecer por sonrojante que sea.

Claro que esta táctica de PP y Cs tiene su riesgo. Basta ver los tuits de Vox: "Alejandro Hernández recuerda que la persecución del Gobierno de Pedro Sánchez contra las comunidades en las que no gobierna el PSOE es una consecuencia directa del Estado de las autonomías". "Es una disfunción del Estado Autonómico…" O sea, PP y Cs siguen alimentando a Vox mientras éste coloca su marco ideológico contra el modelo constitucional del Estado. Y conviene recordar que en las últimas elecciones Vox ya casi se convierte en primer partido de la derecha en Andalucía.

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Claro que, en este frente de batalla, si algo llama poderosamente la atención no es el ruido mediático provocado por los partidos del Gobierno y sus socios de la extrema derecha, sino el silencio estruendoso de María Jesús Montero, actual ministra de Hacienda, que ha actuado contra sus propias cuentas siendo consejera de Hacienda de la Junta. Montero ha enviado una carta, pero no ha dado la cara, entre otras cosas para evitar que se la puedan partir. Para evitar desgastarse mientras se negocia el nuevo Gobierno, se ha escondido limitándose a enviar una cortés nota aclaratoria al consejero Juan Bravo, que ha optado por ignorar completamente sus argumentos. Como cabía esperar.

Ese silencio, de hecho, resulta más notorio cuando se ve el TL de su Twitter. ¿Qué ha dicho Montero en todo este enredo? Pues felicitar a las guerreras por la batalla final en el Campeonato del Mundo de balonmano. Y eso está muy bien, claro, pero Montero sabe que hay otras batallas con otras guerreras que se están batiendo el cobre para defender la decisión de la ministra: sus compañeras del PSOE andaluz. Pero la ministra se ha desentendido…. ¿O tal vez es que no ve con desagrado que se queme un poco más Susana Díaz antes de disputarle el liderazgo?

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