Las trampas de la cogobernanza... y otros impostores

Las diez negritas.

Las diez negritas. / M. G.

Seguir la actualidad española debería convalidar por un Máster en Camelos. Estamos ya adiestrados en todas las trampas de la política. La cogobernanza es la última milonga. Como la resiliencia, mucho palabra y poca sustancia. Por cierto, quienes quieren imponer ahora un plan obligatorio de desescalada, también plantean negociar el turismo diferenciadamente por comunidades. No se molesten en preguntarse qué partido gobierna en las comunidades que se beneficiarían de ello. Por lo demás, es razonable, pero eso es algo que ya sirve de poco entre tantas asimetrías y arbitrariedades en las políticas territoriales.

Qué más DAC

1.- Carolina Darias:

"Ya hay una DAC, una declaración de obligado cumplimiento". "Si no respetan las normas, tendremos que hacer que cumplan"

2.- Íñigo Urkullu:

"Es un desconcierto absoluto el que estamos viviendo... No es ésta la actitud de cogobernanza compartida. Nosotros vamos a seguir con nuestra propia hoja de ruta"

3.- Juan Marín:

"Esto es una invasión de competencias. Así lo cree este Gobierno... Si lo que quieren es imponer ahora a las CCAA su criterio, pues que decrete el estado de alarma... Se le trasladó precisamente que había que consensuar cualquier tipo de medida, pero que no íbamos a aceptar imposiciones del Gobierno de España"

4.- Isabel Díaz Ayuso:

"No es una cuestión de rebeldía porque la rebeldía significa ir en contra de las normas establecidas y esta norma no es de obligado cumplimiento". "Yo es que creo que ya tenemos candidata en Canarias. Es en lo que está [Darias], en la promoción. Cuando hay un ministro que ataca directamente a Madrid, es porque se va de candidato a su comunidad autónoma. Si no, no se explica esto"

Se podrá dudar si el criterio de Sanidad es o no es adecuado, pero no hay duda de que el Gobierno hace trampas con cartas marcadas. En mayo retiró el estado de alarma, a pesar de que algunas comunidades reclamaban su continuidad al menos durante un mes, quizá dos; y semanas después de dejar la gestión en manos de las comunidades, ahora pretende imponerles normas como si hubiera estado de alarma. Es de locos.De momento la mayor resistencia viene de las comunidades que más se opusieron al final del estado de alarma, como Euskadi, donde gobierna el PNV con los socialistas, o Andalucía. No es sólo Madrid, aunque el Gobierno sólo mencione a Madrid. Los vascos incluso han amenazado a Moncloa con retirarles el apoyo. Pero según los socialistas vascos, no hay que alarmarse: ellos están protegidos por una cláusula. Por lo demás, el Gobierno no se replantea sus medidas, aun a riesgo de provocar un proceso caótico que afectaría sobre todo a la hostelería, donde ya han soportado el coste de reabrir los negocios y rescatar Eres entre quejas de que no les llegan las ayudas del Gobierno. De hecho, Moncloa insiste y eleva al BOE sus normas. ¡Es la guerra! En fin, parafraseando el "por qué lo llaman amor si quieren decir sexo" de Groucho, por qué lo llaman cogobernanza si quieren decir por cojones.

Los monos de Gibraltar

Sostenía esta semana María Jesús Montero, para justificar los indultos, que muchos se tapan los ojos ante la realidad catalana: "No es ninguna solución taparse la cara como los monos de Gibraltar". Seguramente Montero pensaba en la vieja canción de Víctor Manuel, pero el mono que se tapa los ojos es Mizaru, uno de los tres monos sabios del viejo santuario sintoísta de Toshogu, junto a Kikazaru e Iwazaru, que se tapan los oídos y la boca.Se equivoca Montero, y no sólo de monos: el problema con los indultos no es que la ciudadanía se tape los ojos, sino, por el contrario, que está viendo lo que sucede. ¿Cómo se puede apelar a la concordia para indultar a quienes han roto gravemente la concordia en Cataluña contra la mitad de población no nacionalista? El Gobierno puede dar los indultos como apuesta política, pero es intragable el relato de equiparar la ley con la venganza o hablar de concordia en quienes desafían derechos de la mitad de los catalanes y del resto de españoles.

5.- José Luis Ábalos:

"Si estigmatizamos por las cuestiones de antecedentes penales en función de hechos de motivación política, la Constitución no hubiera sido posible, y Nelson Mandela no hubiera sido posible"

En el capítulo de Cataluña se le han oído al Gobierno muchos despropósitos –Iglesias comparó a los fugados con el exilio republicano tras la guerra civil– pero Ábalos se ha superado al identificar a Oriol Junqueras con Nelson Mandela. Colosal, oye, lo de equiparar al hombre encarcelado por delitos graves tras un proceso con todas las garantías de una democracia plena con el hombre condenado en el régimen racista bárbaro del apartheid. Lógicamente, si Junqueras es Mandela, España no es un Estado de Derecho sino la Sudáfrica del apartheid. Y Ábalos, ministro sudafricano.¿Qué será lo próximo? ¿Alguien comparando a Puigdemont con Martin Luther King asegurando que tenía un sueño...?

El dedo y la luna

6.- Pablo Casado:

"Estoy muy sorprendido porque la agenda mediática esté ocupándose del dedo y no de la luna. Es que es irrelevante que partidos secunden una manifestación que ha convocado una plataforma cívica, y tremendamente hipócrita"

Casado parece decidido a ejemplificar que la historia se repite, e incluso, como intuyó Marx, a veces en forma de farsa. Ahora, con los indultos, va a por una recogida de firmas, aquel fiasco del PP en 2006 contra el Estatut que corrigió el Tribunal Constitucional, como debe ser; y a por otra foto de la plaza de Colón, tras la que regaló a Sánchez el éxito electoral en 2019. Se ve que Casado desconfía de la política institucional, y en lugar de mantener la presión al Gobierno en el Congreso, se tira a las calles. Por demás, es falso que la agenda mediática no se ocupe de los indultos. Pero es fascinante, y no irrelevante, ver cómo el líder del PP, con numerosos sondeos apuntando a un cambio de ciclo, vuelve a cometer los mismos errores del pasado.

En cuanto al dedo y la luna, poco después Casado sí que lograba que se hablase de los abucheos a la prensa en Ceuta en lugar del escándalo Kitchen y la imputación de Cospedal protegida por el PP sin aplicar sus estatutos. El dedo y la luna.

7.- Carmen Calvo:

"Yo creo que algunas mujeres estaríamos dispuestas a pensar no tanto a qué ahora se pone la lavadora y se plancha, sino quién plancha y quién pone la lavadora. Quién pone la lavadora es el temazo"

Más dedos y lunas: el Gobierno ha acertado a que se hable más de poner lavadoras de madrugada que del tarifazo eléctrico. La anécdota se ha impuesto a la categoría. Entre otras cosas porque no es fácil entender técnicamente el atraco de la luz. Después Carmen Calvo trasladó el debate a quién plancha o pone la lavadora. Que es un tema, desde luego. Pero el temazo, el auténtico temazo, es que quienes llegaron prometiendo bajar la factura de la luz, hayan perpetrado este tarifazo en un periodo en que hay muchas alertas de la creciente pobreza energética de los perdedores de las dos últimas crisis.

Cortinas de humo

8.- José Luis Martínez-Almeida:

"No vamos a permitir que Pedro Sánchez pretenda desviar la atención del escándalo de los indultos por lo que sucedió ayer con Mª Dolores de Cospedal"

Uno de los camelos políticos más recurrentes es la cortina de humo: acusar a los rivales de sacar una polémica para tapar otra. Es un cuento recurrente. Pero no, no aparece Kitchen para tapar los indultos, ni los indultos tapan Kitchen. En definitiva, la operación parapolicial para robar documentación a Bárcenas es un escándalo mayúsculo y los indultos son una operación política del Gobierno bajo sospecha de vender el perdón para comprar estabilidad. Nada de humo. Y faltan explicaciones de unos y otros. El PP, antes o después, tendrá que explicar por qué no expedienta a Cospedal –que volcó las primarias del PP a favor de Casado, después de que Soraya hubiese ganado la primera vuelta– una vez imputada.

Sí era un Sánchez vs. Susana

La campaña de las primarias del PSOE andaluz entra en compás de espera para el debate del martes, aunque es poco probable que tenga una audiencia significativa, incluso entre la militancia. Es más para periodistas. Tal vez depare algún buen momento. Quizá Susana diciendo: "Tu problema no soy yo, Juan, tu problema eres tú" o "No mientas, cariño". Quizá Juan con un "Vamos a ver, Susana. ¿Tú sabes lo que es una nación?". Es poco probable que el debate tenga impacto, aunque siempre puede suceder algo. Pero la campaña está muy definida; y a pesar de la resistencia a ello, en clave Susana vs Sánchez.

9.- Susana Díaz:

"Hay compañeros a los que sí les han permitido seguir pese a haber perdido elecciones. ¿Por qué a mí no, si yo gané? ¿Porque soy una mujer?"

Díaz está entendiendo la campaña, en la que no parte como favorita. En el momento de mayor debilidad de Sánchez, sacó el relato del victimismo: está siendo perseguida con "ataques feroces" entre otras cosas por su "condición de mujer". Quizá no tarde, siguiendo a Ábalos, en comprarse con Rosa Parks, mujer marginada y atacada ferozmente por defender una causa justa.

10.- Juan Espadas:

"Estoy orgulloso de las decisiones que ha tomado mi Gobierno, con el presidente Pedro Sánchez"

Y Espadas, en este momento de debilidad de Sánchez, exhibe el orgullo sanchista. Blanco y en botella. El Gobierno le ha devuelto la cortesía: varios ministros se vuelcan con él, como Teresa Ribera elogiando el conocido compromiso de Espadas con la sostenibilidad. Claro que tanto volcarse acabará haciendo pensar a algunos que el resultado va más reñido de lo que dicen.

Bonus track: el agravio

BT.- Elías Bendodo:

"Nos parece muy bien que Pedro Sánchez reciba a Pere Aragonés. ¡Me parece magnífico! Pero que tenga en cuenta que los problemas de los andaluces son, como mínimo, igual de importantes y merecen la misma atención que los de Cataluña"

Bendodo recuerda que Sánchez no ha recibido a Juanma Moreno y seguramente a muchos les habrá venido a la memoria Aznar y su resistencia a recibir a Manuel Chaves, buscando una humillación tan ridícula como impresentable. El mensaje de que Andalucía para Aznar no merecía ser recibida acabó perjudicando al PP y beneficiando a Chaves. Aquel desdén vuelve a la memoria con la resistencia de Sánchez a recibir al líder andaluz. Probablemente no desprecia esa reunión por hostilidad, sino por mero desinterés. No le ha convenido, sin más. Y Bendodo, que olfatea los agravios como un basset hound, ha puesto ahí el foco mientras Sánchez se vuelca en la agenda bilateral con Cataluña y Euskadi. Estas cosas siempre han irritado en Andalucía, de modo que quizá tendrá recorrido. Y ya se verá si Sánchez rectifica, porque la España de las dos velocidades políticas tiene sus peligros.

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