La Ventana
Luis Carlos Peris
El drama de los sin techo
Situaciones similares que se confirmaban con la convocatoria para ir a ayer a Córdoba. Coincidencias en la situación que vivió Álvaro Valles en Las Palmas y la que se vislumbra para el corto plazo de Borja Iglesias. El guardameta de La Rinconada hubo de esperar un curso completo para cumplir con su deseo de jugar en el equipo de su vida y ahora, el ariete vigués se encuentra en la misma tesitura, lo que ayer veía el plus de no ser de la partida, de la primera partida mínimamente fiable respecto a lo que será lo habitual en la temporada que se avecina.
A Valles se le fue un año en blanco para a conseguir su deseo y a Borja puede pasarle lo mismo, dado que el Betis no acepta, de momento, la postura del Celta. No regalar al goleador gallego es lo que el Betis declara, pero quizá fuese lo más razonable quitarse de encima su magnífica soldada. Borja, tan aclamado en aquella venturosa 21-22, fue entrando en barrena hasta dar la impresión de que se le había olvidado jugar al fútbol.
¿Y en qué punto se rompió el afecto entre jugador y afición? Pues lo cierto es que ese afecto fue pasajero, ya que en su primer año, aquellos ridículos tres goles que hizo tras costarle al Betis 28 millones no contribuyeron al afecto. Posteriormente llegaron los goles, el Panda era muy querido hasta que nuevamente se le mojó la pólvora para convertirse en una rémora. ¿Su futuro tendrá el final feliz que ha vivido Valles? Por lo pronto, el presente es similar.
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