El parqué
Subidas generalizadas
Coincidamos en que el viento es el mejor cancerbero del litoral, el mejor antídoto contra la masificación desmesurada. Así como la poca calidad de la playa es la más eficaz defensa para que en Sanlúcar se pueda vivir sin unas aglomeraciones aún más insufribles, en el rincón donde conviven el mojito y la ventresca, es el viento quien mejor defiende el equilibrio demográfico. Si no fuera por el viento, que cuando no es de levante es el que viaja contra el sol, eso dejaría de ser el paraíso y no se cabría. Si es con viento y todo ese rincón que va de La Barrosa a Bolonia se llena de vida, ¿cómo sería si el huracán fuese brisa? Pues que estaríamos hablando de otra cosa, que ese edén ya no lo sería por obra y desgracia de la masificación y de un triunfo más del ladrillo sobre la duna para que de esas excelsas playas apenas quedase el recuerdo. Durante el veraneo, se amanece a diario con la duda temerosa de si el viento será de furioso levante o de fresquito poniente. Ayer ganaba el primero, ¿quién ganará hoy?
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