El parqué
Subidas generalizadas
Llamémosle Zambomba, que es mucho mejor que el horrendo palabro zambombá como una importación más para que el cupo de tradiciones se engrose, que son pocas las de toda la vida y ya se sabe que no hay mal año por mucho trigo. Y a la zambomba flamenca se le incorporó una versión gastronómica de lo mismo, la poleá flamenca que se celebraba en la peatonal San Jacinto para gloria y prez de la cosa trianera. Pero volviendo a la zambomba hay que recordar que es una fiesta proveniente de la muy flamenca Jerez de la Frontera en general y de su barrio de Santiago en particular. Habitualmente alrededor de una berza gitana, plato económico antaño y que, aparte de fustigado por nutricionistas, hoy cuesta un ojo de la cara en ciertos comederos de moda, la fiesta nunca tenía hora de caducidad y de Jerez la trajimos a esta ciudad, abierta a que la relación de tradiciones suba a diario, que no hay mal año por mucho trigo.
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