La aldaba
Carlos Navarro Antolín
La felicidad de fundar un colegio con éxito en Sevilla
En Ciudadanos de Andalucía deberían remitir una circular a todos los altos cargos y afiliados para que quede claro que agosto es un mes inhábil, a ver si así deja la gente de dimitir, porque algunos están saliendo por las ventanas, como aquellos guardias civiles en la mañana del 23-F. En menos de diez días ha habido ceses, purgas y abandono de las responsabilidades orgánicas a todos los niveles. El primero que acuda a una sede naranja a pedir una hoja de afiliación recibe de regalo un fin de semana en Rota con todos los gastos pagados, un cisne hinchable para la piscina y dos meses gratis en Prime Video, donde ahora, por cierto, dan la primera temporada de Juncal. Ayer dimitió el máximo responsable del partido en Sevilla, don Álvaro Pimentel, que no lo puede haber más moderado e institucional que este Pime. Pero es que la semana pasada se fue la número dos del partido en Andalucía, Mónica Moreno, que llevaba los asuntos de acción institucional. Y al dimitir ella lo hicieron seis de los ocho secretarios provinciales que colaboraban con Moreno.
Y no se olviden de la purga en el grupo parlamentario, donde hay días que se sufre más tensión que en la franja de Gaza. Sergio Romero, a la Mesa del Parlamento, y Fran Carrillo de diputado raso. Juan Marín orilla a los más vehementes con el PSOE, qué casualidad. ¿Y esto es un partido en el gobierno o una chirigota? Ustedes podrán analizarlo, pero poco se puede esperar de un tipo que se pone a cocinar torrijas en pleno estado de alarma, anuncia una crisis de gobierno que no se produce quedando como Cagancho en Almagro, es más pesado en Canal Sur que la serie Arrayán, dice que Luis Salvador ya no pinta nada en el partido en Granada y resulta que el ex alcalde entra en el Gobierno y comparte grupos de chat con dirigentes de la formación naranja, y denuncia además la red clientelar del PSOE cuando él mismo se ha confeccionado la suya en tiempo récord (¡días habrá para analizarla al detalle!) con el apoyo de personajes sin pajolera idea de comunicación, que achicharran a su jefe y que hacen y deshacen la lista de tertulianos de una emisora pública con permiso del director general del ente, el célebre Paquistaní.
En la disolución de la UCD y del PA hubo más nivel que con esta panda de aficionados que se colocan entre ellos, sin zorra idea de gestión, con algunas excepciones como la señora consejera de Empleo, Rocío Blanco. No tienen nivel para los cargos que ostentan. Más quisieran tener la talla de algunos señores de la UCD. Son esclavos del coche oficial, catetos embriagados en la primera taberna del poder. Andalucía no merece esta tropa, estafadores de la regeneración.
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