¡Oh, Fabio!

Luis Sánchez-Moliní

lmolini@grupojoly.com

¿De quién es Canal Sur?

La televisión que nació para "vertebrar Andalucía" se ha convertido en uno de sus principales problemas

La anécdota pertenece a la historia apócrifa del periodismo sevillano. A un ministro de Franco, creo recordar que Fraga (perdón por mi memoria deshilachada), le presentan al director del periódico Sevilla, una de las publicaciones más deficitarias del Movimiento. El jerarca, quizás por mostrarse amable, le pregunta al plumilla: -"Y dígame, ¿cuál es la tirada?"-, a lo que éste le contesta: -"los tiramos todos"-. Risas y mutis por el foro. Probablemente este gag sea falso o yo lo cuente terriblemente desfigurado, pero nos sirve para recordar aquellos periódicos públicos que había en España durante la Dictadura, hoy difíciles de concebir, que Adolfo Suárez finiquitó para fomentar el nacimiento de una nueva industria informativa independiente, uno de los pilares de cualquier sociedad democrática. Aquello no tuvo demasiado mérito, porque en su mayoría eran publicaciones anacrónicas y ruinosas para las arcas públicas. Eso sí, San Suárez no disolvió RTVE, que se convertiría en una herramienta fundamental para sus planes durante la Transición. Luego, ya se sabe, vinieron los Calviño y los Urdaci, hasta la fecha de hoy, donde gente como Jesús Cintora o Xabier Fortes se encargan de arrimar el ascua a la sardina Frankenstein.

Ni PP ni PSOE, quizás con la tímida excepción de Zapatero, han tenido nunca ningún interés en achicar el monstruo televisivo o, al menos, hacerlo más independiente del poder político. Muy al contrario, con la inestimable colaboración de los nacionalismos, han llenado España de entes autonómicos que reproducen a pequeña escala los dos grandes males de RTVE: la manipulación política y el derroche económico. En Andalucía, se vio claro durante los casi cuarenta años de socialismo con Canal Sur, menos en la breve primavera parlamentaria de la pinza. La llegada de PP-Cs no ha variado las cosas. El autodenominado Gobierno del Cambio es incomprensiblemente poco aficionado a las mutaciones. Con o sin esa flor de un año que ha sido el ya destituido Álvaro Zancajo, de una manera más burda o más sutil, seguiremos teniendo una televisión al servicio de su señor de San Telmo, de dudosa calidad en el entretenimiento y altamente costosa para los contribuyentes. Lo paradójico es que una corporación que nació para "vertebrar Andalucía" se ha convertido en uno de sus principales problemas, como se ha visto en esa sesgada huelga en la televisión autonómica de los que tanto callaron durante los años rojos.

En un alarde de ironía, Canal Sur se hace llamar "la nuestra" (lema transmutado en "la vuestra"por el ingenio de Francisco Andrés Gallardo). Pero casi todos sabemos que no nos pertenece, que el verdadero dueño es el partido al mando. Ayer fue del PSOE y hoy del PP. Y lo seguiremos viendo en los próximos tiempos.

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