Claro que el PNV es progresista

Solo por pereza o por interés se puede seguir diciendo que el PNV es un partido de derechas y católico

Aitor Esteban.
Aitor Esteban. / EFE

29 de septiembre 2023 - 00:01

NUESTROS entrañables liberales siempre están recordando el origen carlistón del nacionalismo vasco. Tienen solo una parte de razón. Obvian, más por ignorancia que por trampa –imaginamos–, la larga lista de carlistas asesinados por la banda terrorista en nombre de una fantasmagórica Euskal Herria libre, una de esas historias silenciadas porque jode el relato de todo el mundo, de los demócratas y de los asesinos. Eran militantes tradicionalistas con sus ocho apellidos de rigor, vascoparlantes, foralistas y profundamente españoles, como buenos seguidores de la Cruz de Borgoña y lo que ellos creían la legitimidad histórica. Ahí están sus nombres: Carlos Arguimberri Elorriaga, los hermanos Toca Echeverría, Josemari Arrizabalaga y un largo etcétera. Hubo una limpieza étnica de maketos, pero también de linajes históricos vascos. Toda esta historia está recogida en el libro Una resistencia olvidada. Tradicionalistas mártires del terrorismo, de Víctor Javier Ibáñez, editado por Auzolan.

Las raíces carlistas de Sabino Arana son indiscutibles. También que fue un traidor a la causa de sus mayores. Sin embargo, solo por pereza o por interés se puede seguir diciendo que el PNV es un partido de derechas y católico. Si así fuera ¿cómo se comprende entonces que la tierra que fue denominada “el seminario de España” sea en la actualidad una de las comunidades más secularizadas del país, pese a décadas de dominio del PNV? Entrar hoy en una parroquia vasca es hacerlo en un erial. Quizás, como se ha dicho tantas veces, porque el nacionalismo es “una religión de sustitución”.

Considerar católico y de derechas a un partido que ha apoyado la ley de eutanasia, la barra libre del aborto o la ley trans es, sencillamente, absurdo y equivocado. El PNV de hoy es un partido completamente socialdemócrata, bien acomodado en las corrientes de pensamiento progresista. Por eso no hay ninguna contradicción en que el PNV esté en el llamado bloque progresista, junto a Sumar, Bildu o el BNG. Hace ya mucho tiempo, desde los movimientos de descolonización, que el nacionalismo está en el ADN de la izquierda.

No debería el PP mendigar los votos del PNV, algo que parece que ha empezado a comprender Feijóo, tal como se vio el pasado miércoles. El PNV fue el partido que apuñaló a Rajoy después de apoyar sus presupuestos y permitió la inauguración del Sanchismo. No es algo para olvidar fácilmente.

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