La salud es lo que importa

Dr. Bartolomé Beltrán

Implantes biomédicos y visión

TODAS las partes del ojo son importantes para percibir la información visual, pero quizás la retina sea la parte más esencial porque cualquier alteración patológica en ella suele tener graves consecuencias.

Al hablar de Retinosis Pigmentaria no lo hacemos de una patología única, sino un grupo de enfermedades degenerativas que afectan al ojo, de carácter genético y que se caracterizan por una pérdida lenta y progresiva de la visión. Afecta, al menos en sus etapas iniciales, a la visión nocturna y periférica y en algunos casos conduce a la ceguera. Se estima que en España puede afectar a entre 8.000 y 10.000 personas. Este cuadro es conocido también como Degeneración de la Retina, Distro?a de Conos y Bastones, Distro?a Pigmentaria de la Retina, Hemeralopia Congénita, Ceguera Nocturna y algunos autores la denominan Retinitis Pigmentosa.

Recientemente, el oftalmólogo y cirujano Jeroni Nadal, coordinador del Departamento de Vítreo-Retina del Centro de Oftalmología Barraquer de Barcelona, junto a un equipo, ha logrado que una mujer sevillana de 42 años que sufría ceguera desde hace trece años por una retinosis pigmenaria, haya recuperado parte de la visión después de implantarle con éxito el 'chip' intraocular Argus II. De esta manera, se ha convertido en la primera paciente con visión artificial operada en España.

Argus II de Imex es un implante biomédico diseñado para restaurar parcialmente la visión funcional a personas que hayan perdido la vista debido a una enfermedad degenerativa de la retina, como es el caso de la retinitis pigmentaria, que daña gravemente los fotorreceptores del ojo. El sistema está compuesto por unas gafas con una microcámara incorporada que graba lo que hay delante de la persona, enviando las imágenes a un ordenador que las procesa y luego las envía al cerebro, gracias a un chip implantado en la retina, permitiendo al paciente interpretar patrones de luz.

A la paciente del doctor Nadal se conectó el chip intraocular, que dispone de la cámara de vídeo miniatura ubicada en las gafas. Así, las imágenes que capta son enviadas a un pequeño ordenador que lleva la paciente donde se procesa, y luego se transmiten de forma inalámbrica al implante retiniano. Una vez allí, el 'chip' convierte las señales en pequeños pulsos de electricidad que pasan por alto los fotorreceptores dañados de la mácula y estimulan directamente las células restantes de la retina, las cuales transmiten la información a través del nervio óptico al cerebro, creando la mencionada percepción de patrones de luz. Con Argus II el paciente percibirá luces, formas, contornos y movimientos.

Actualmente, Argus II ofrece una percepción práctica a los pacientes que sufren una pérdida de visión severa a profunda tras una degeneración de la retina periférica, por ejemplo la retinitis pigmentaria (RP). Se trata de un sistema homologado para adultos con una edad mínima de 25 años; degeneración de la retina periférica severa a profunda y ligera percepción residual de la luz. Es lo que hay. Seguro.

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