La ventana

Luis Carlos Peris

lcperis@diariodesevilla.es

Jornada de contrastes en la Aldea

Lunes de Pentecostés, día grande en las Rocinas, paseo multitudinario de la razón de ser de la romería y cuando eso acabe, jornada de contrastes. Unos se quedan y otros se van. Entre estos últimos, Coria, que cuando la Virgen ha pasado por su casa, los corianos dejan de tener una razón para permanecer en la Aldea. Carretera y manta para un camino de vuelta que otros dejan para mañana mientras se echa el día con la diversión como principal argumento. Y así, mientras los corianos van camino de Hato Blanco, Triana permanece en la tierra prometida, sin prisas por emprender ese camino de vuelta, tan bonito y también tan triste. Triana lo hace todo sin pausas, pero sin prisas ni a la ida ni a la vuelta, todo a compás, viviendo el momento, cada momento de los muchos que ofrece la romería. Y con esa espera tan larga no es cosa de desaprovechar los encantos del Rocío.

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