La ciudad y los días

Carlos Colón

ccolon@grupojoly.com

Milonga de Antoinette

Edipo, parricidio, recuperación de la virilidad, rapto de la madre, autocastración y Semana Santa

Antoinette Molinié es una investigadora con inteligencia certificada: doctora en Antropología por la Sorbona, directora emérita de investigaciones del Centre National de la Recherche Scientifique (CNRS), profesora de Antropología en la Universidad de París-Nanterre e investigadora de las sociedades tradicionales andinas (Perú y Bolivia) y sus rituales.

Interesada en ligar ritos a ambos lados de Atlántico en una especie de antropología psicoanalítica de ida y vuelta, como los cantes de Pericón de Cádiz, Molinié ha dedicado un libro (Sevilla, del rito al inconsciente) a la Semana Santa de Sevilla buscando unas relaciones digamos freudianas que la liguen a los toros, la feria, el Corpus y el Rocío. No mucho tienen que ver unas cosas con otras y su ubicación en continuidad obedece en unos casos a su origen judío (la Semana Santa y Pentecostés y las fiestas judías de la Pascua y Shavuot), en otros a la estrategia comercial y turística (la feria formando junto a la Semana Santa el cartel de las fiestas de primavera) y en otros a las reglamentaciones de la tauromaquia en los siglos XVIII y XIX haciendo coincidir la temporada con el buen tiempo que va de San José a San Miguel. Pero ninguna realidad puede detener la pasión interpretativa de un intelectual. Y menos si es francés y de estirpe freudiana con adornos de Lacan o Bataille. Antropología psicoanalítica de ida y vuelta, como los cantes, he dicho. Y uno de estos cantes es la milonga, palabra que, según la RAE, además de "palo flamenco inspirado en la milonga argentina", significa "engaño o cuento".

Para que opinen ustedes transcribo lo que del libro se dice en su presentación: "De acuerdo con la interpretación de Molinié, el sevillano asiste al suplicio de Nuestro Padre Jesús en el ir y venir de los pasos de las cofradías con un corazón edípico, esto es, esperando en lo profundo de su alma la consumación del parricidio, matar al padre, recuperar su virilidad con la corrida de Resurrección donde el toro le transmite la hombría necesaria para saltar la reja en Almonte y raptar el objeto del deseo: la Virgen del Rocío, o sea, la figura materna. Esta ventana a la psique del hombre andaluz -capaz de gritar "¡Viva Pilatos!" ante el paso que representa el juicio a Jesucristo- y su proceso de autocastración, que la autora nos abre de par en par dejando entrar las mil voces del subconsciente colectivo". Sin comentarios.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios