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Crónica Personal

Necesitamos a la UE

Estos días de iniciativas demenciales se echa de menos alguna palabra de atención de Bruselas

Sí, hay decepción con la Unión Europea. Mucha gente esperaba más toques de atención ante medidas gubernamentales disparatadas y, ya sin referencias a la actual situación de España, se esperaba más contundencia ante personajes como los presidentes de Hungría y Polonia.

Siempre pensaron los europeístas que la UE era la mejor carta que se podía jugar, la tabla que nos salvaría de los despropósitos en los que podrían incurrir algunos presidentes; pero hasta ahora no se ha visto que Bruselas haya marcado a Pedro Sánchez el camino correcto. El proyecto de ley de Seguridad Nacional concede unas atribuciones al presidente del Gobierno que son propias de regímenes dictatoriales, y nadie se ha revuelto en su silla en Bruselas, aunque con esa ley Sánchez podría tomar decisiones muy discutibles democráticamente hablando. Sería un jefe del Gobierno omnímodo que interviene en cualquier circunstancia y tiene derecho a imponer su criterio caiga quien caiga.

Necesitamos a Bruselas para que tome decisiones en ese terreno, como necesitamos que controle el destino que quiere dar Sánchez a los fondos europeos; o que se exija a Sánchez que no promueva leyes discriminatorias promovidas por formaciones nacionalistas e independentistas.

La UE será en algún momento la tabla de salvación. Hasta ahora ha lanzado alguna andanada, suave y en ningún caso hiriente, pero con toda seguridad llegará un día en que el Gobierno irá tan lejos que la UE aparecerá en escena para indicar que determinados muros no son traspasables. Por ejemplo, si los independentistas catalanes se salen con la suya, Francia estará en peligro, porque los corsos querrán ser una nación… y porque los propios catalanes querrán ampliar por el norte (francés) su mapa territorial.

Estos días de iniciativas demenciales, de falta de control de las cuentas públicas y de cesiones económicas -además de las políticas- a los nacionalistas e independentistas que promueven las desigualdades territoriales -tan injustas como las de género- se echa de menos alguna palabra de atención de las autoridades de Bruselas.

Habrá llamada de atención, sin duda. Porque la supervivencia de la UE depende de que sea garante real de que sus socios cumplen sus preceptos. Así que mejor no echarse las manos a la cabeza con el último desvarío del Gobierno Sánchez, la ley de Seguridad Nacional que concede a Sánchez, su promotor, atribuciones de los presidentes totalitarios.

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