¡Oh, Fabio!
Luis Sánchez-Moliní
La revolución del pesebre
EMPECEMOS por el principio, porque soy de dónde soy. Madre de los sevillanos, sol de la Macarena y alma de Andalucía llamaron los hermanos Álvarez Quintero a la Esperanza en la excepcional Saeta en forma de Salve a la Virgen de la Esperanza a la que puso música Joaquín Turina. Y no mentían. Pero la perla de San Gil, siendo devoción universal, no tiene aspiraciones de patronazgo más que sobre el barrio que le dio su apellido, convirtiéndolo en advocación junto a su nombre: Esperanza Macarena.
Por ello, amparándome en el ilustre precedente de Muñoz y Pabón, macareno hasta los tuétanos a la vez que impulsor de la coronación canónica de la Virgen del Rocío, este modesto macareno se suma desde aquí a la petición de los vecinos de Almonte para reclamar que la Virgen del Rocío, en coincidencia con el Año Santo Jubilar Mariano del Rocío, sea proclamada Patrona de Andalucía. Se reconocería así lo que la más extendida y viva devoción andaluza -de Almería a Huelva- merece; y lo que un Papa -Juan Pablo II, en su visita al Rocío el 14 de Junio de 1993- certificó como "centro de la devoción mariana andaluza". Doctores tiene la Iglesia, se decía para indicar que una cuestión se dejaba en manos de los expertos. Pues bien, Juan Pablo II era doctor en Teología además de Papa y beato. La cosa está clara. Y la pelota, por decirlo con el título del famoso artículo en el que Muñoz y Pabón pedía la coronación de la Virgen del Rocío, está en el tejado de la Asamblea de Obispos del Sur.
Dicen los almonteños peticionarios de la proclamación que "la devoción hacia Nuestra Señora del Rocío inunda cada rincón de nuestra tierra andaluza, siendo la de mayor arraigo y la más extendida en Andalucía, sobrepasando de largo nuestras fronteras". La historia y el presente les dan la razón. Su pasado se remonta a los tiempos de Alfonso X el Sabio, cuando era Santa María de las Rocinas, y su presente abarca 108 hermandades filiales, 33 asociaciones erigidas canónicamente, 23 agrupaciones y 10 hermandades repartidas por Australia, Argentina, Bolivia, Brasil, Estados Unidos y Puerto Rico.
Nada nuevo voy a descubrir a estas alturas. En 1918 Muñoz y Pabón escribía en el ya citado artículo en el que solicitaba la coronación canónica: "El Rocío es el más expresivo grito de fe y el más apasionado llanto de amor a María Santísima que sale de toda esta Andalucía durante todo el año". En 1919, para celebrar la coronación, escribió en sus famosas sevillanas: "La Virgen del Rocío no es obra humana, que bajó de los cielos una mañana. Eso sería para ser Reina y Madre de Andalucía". Todo está sentido y dicho. Sólo queda reconocerlo.
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