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En memoria de Plácido Fernández Viagas, promotor de la autonomía de Andalucía

A los 45 años de la firma del pacto de Antequera

Plácido Fernández Viagas, junto a José Rodríguez de la Borbolla, autor del artículo.

Plácido Fernández Viagas, junto a José Rodríguez de la Borbolla, autor del artículo. / EFE

Este 4 de diciembre de 2023 se han cumplido 45 años justos de la firma del Pacto de Antequera, el documento elaborado y propuesto por Plácido Fernández Viagas, primer presidente de la Junta Preautonómica de Andalucía. Dicho pacto fue firmado por partidos parlamentarios y extraparlamentarios que representaban todas las sensibilidades del espectro ciudadano de Andalucía y fue la base de las posiciones y actuaciones unitarias posteriores que –ya sin Plácido como presidente- llevaron a que Andalucía ejerciera el derecho constitucional a configurarse como comunidad autónoma, en pie de igualdad, junto al resto de los territorios de España.

Por decirlo rotundamente: el Pacto de Antequera fue el primer paso institucional en el devenir autonómico de Andalucía. En ningún otro territorio de España se produjo un acuerdo político similar. Sin Pacto de Antequera, el camino para la consolidación institucional de Andalucía como entidad autónoma de primer nivel hubiera sido mucho más azaroso y complicado jurídicamente –como lo fue, por ejemplo, con Valencia y Canarias- o hubiera sido de mucho más largo recorrido, como lo fue en el resto de territorios no considerados como nacionalidades históricas. El Pacto de Antequera fue nuestro “pistoletazo de salida” en la configuración institucional de Andalucía. Y eso fue posible gracias al impulso, y a la fe en nuestra tierra, y a la ambición de crear una España igualatoria y solidaria de Plácido Fernández Viagas. Sin Pacto de Antequera y sin Plácido Fernández Viagas nuestra historia subsiguiente hubiera sido distinta.

Plácido Fernández Viagas fue presidente de la Junta durante un año y cinco días, tan solo. Pues bien, en ese corto período de tiempo hizo presente a la Junta en todas las provincias andaluzas; constituyó la ponencia para la redacción del Estatuto de Carmona (en Ronda, el 11 de septiembre de 1978, días antes de que se constituyera una ponencia estatutaria similar en Cataluña, en Sau); creó las primeras estructuras administrativas de le entidad autonómica, y logró el acuerdo de los partidos parlamentarios y extraparlamentarios para impulsar la autonomía plena para Andalucía. El 4 de diciembre de 1978 fueron 11 los partidos políticos que firmaron el acuerdo en Antequera.

Como dejaron escrito Hijano del Río y Ruiz Romero, el Pacto de Antequera “se ofrece a los ojos del ciudadano como una actitud ética, de consenso, unánime, a favor de una llegada del régimen democrático en paz, sin violencias ni sobresaltos. Subrayando la imagen pública de liderazgo y el poder de convocatoria y unidad de un nuevo órgano unipersonal surgido por primera vez en la historia de Andalucía”.

Porque, además de sus iniciativas y logros políticos, Plácido fue un hombre para todas las estaciones…Un ejemplo de honestidad y rigor, personal y profesional; cristiano y socialista a un tiempo; mantenedor de sus ideas y principios ante cualquier poder –institucional o de partido- que pretendiera hacerlo caminar por senderos que él no pudiera aceptar moralmente; “andaluz de Tánger” y español integral, en busca permanente del equilibrio entre todos los territorios de su Patria… Un ejemplo vital, en fin, para todos los que vivieron en su tiempo, lamentablemente corto.

Plácido se mantuvo de pie durante toda su vida. Ni agachó la cabeza ni se arrodilló ante nadie. Bien podrían aplicársele aquellos versos del poeta: “Más vale permanecer de pié/ que andar a cuatro manos”.

En estos tiempos, en los que cada vez hay más personajes y personajillos que se dedican a “andar a cuatro manos”, Plácido Fernández Viagas se merece un recuerdo.

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