Luis Carlos Peris

Sugerente pleito de banquillos

desde mi córner

La relación personal entre Caparrós y Míchel le añade mucha química al duelo copero de esta noche en Palma

12 de diciembre 2012 - 01:00

ESTA noche hay choque de trenes en Palma, justo en Son Moix, hoy Iberostar, ayer Ono Estadi y mañana quién sabe cómo se llamará. Noche copera, dos equipos en horas bajas y dos entrenadores, lógicamente, en precario y que se repelen con toda cordialidad. Joaquín Caparrós y Miguel González, Míchel en el mundo, frente a frente con mucho que ganar, justamente que la credibilidad siga viajando en sus respectivas valijas. Es un suceso éste con más química que física, con más ingredientes parafutbolísticos que otra cosa y que llega cuando ambos se lamen heridas que, aun distintas, son bastante dolorosas, muy dolorosas.

Los antecedentes coperos entrambos equipos no pueden ser más proclives al optimismo sevillista, ya que fueron seis las veces que colisionaron y en cinco fue el Sevilla quien siguió adelante. Las dos últimas fue el Sevilla de Manolo Cardo el que doblegó a los isleños, pero no cabe la menor duda de que estamos ante algo que no tiene nada que ver con aquello. Lo de esta noche junto a la Ronda de Cintura palmesana es una moneda a cara o cruz en la que los entrenadores tienen que perder mucho más que el entorno. Y, lo que son las cosas, quizá esté más en juego el futuro de Míchel a pesar de que la situación clasificatoria de su equipo es bastante más holgada.

Tal como pinta la Liga, permanecer en la Copa del Rey y teniendo en cuenta que habita en la parte más mollar del cuadro, es vital para este Sevilla que está obligado a competir en muchos frentes para no caer en la situación de ruina que conforma el paisaje generalizado de nuestro fútbol. Y es ésta una espada que pende sobre la nuca del actual entrenador del Sevilla. En cuanto a lo que se juega Caparrós, no parece que vaya a influir mucho en su futuro una eliminación, pues la situación liguera del Mallorca puede impelirle a que un K.O. copero signifique una liberación. De todas formas y viendo los antecedentes, el pleito Caparrós-Míchel se antoja muy sugerente.

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