La aldaba

Carlos Navarro Antolín

cnavarro@diariodesevilla.es

Tardes de grandes melopeas

Demasiadas horas en la calles sin cofradías. Ya lo decía un cofrade sabio: "Tardes sin pasos, tardes de Rives"

Tardes de  grandes melopeas

Tardes de grandes melopeas

Era un hecho notorio en la tarde del domingo que me confirmó un ilustre tabernero en un mensaje clarividente de la mañana del Lunes Santo: "Me daba el olfato hacía varios días, y anoche de vuelta a casa lo pude confirmar. La de 2021 es la Semana Santa de las borracheras. Y no sólo los jovencitos, también los maduritos y maduritas. Muchas horas en los bares". Siempre se decía que una tarde de cofradías metida en agua disparaba el consumo de destilados hasta bien entrada la noche.

¿Y una Semana Santa que se sabe desde hace meses que se celebraría sin pasos en la calle? Las destilerías de El Puerto de Santa María habrán notado un aumento de las ventas. Si encima no podemos ir a la playa, pero nos dejan estar en la calle hasta las once de la noche, ¡ancha es Castilla y tela de fea Imagen, porque es fea hasta cuando pasan por ella las más hermosas cofradías! Esta Semana Santa es la de las melopeas. Ves a gente a la una del mediodía sacando la cruz de guía y te los encuentras de nuevo al filo de las diez de la noche sacando hasta... el cortejo sin preste. El presidente Moreno ha abierto tanto el grifo esta Semana Santa, dicho sea en la expresión que le gusta al jefe del Gobierno, que el personal está aprovechando para ver los pasos multiplicados. Hay quienes vuelven a casa literalmente constituidos, que afirmaría el notario. Ésta es la semana fantástica de los alicatados, oiga, que anunciaría el Corte Inglés de mi querido Fernando Murube. Lo que no ocurrió en Navidad tiene toda la pinta de suceder en Semana Santa... ¡quién lo diría! La gente guarda colas, busca algo que ver y después... latigazos que te crió.

La nostalgia es muy mala, el vacío es terrible y los sentimientos están a flor de piel . Cuando la moda de los porcentajes de lluvia dejaban dentro a todas las cofradías de una jornada o a las que tenían hermanos mayores más rigurosos, el cofrade José Luis Trujillo sentenciaba con acierto: "Tardes sin cofradías, tardes de Rives". Y claro, quien toma la primera acaba pidiendo la segunda, la tercera y... quién dijo miedo, que para algo están los naranjos adornados de azahar, la vida es corta y hay que gozar. No es que la gente vaya por la calle bebida, oiga, que esto no son los Sanfermines, pero se nota a partir de media tarde en las plazas con bares. Cada cuál reza el ejercicio piadoso como puede y como la cartera le permite, pero lo reza con todas sus estaciones... Si esto ocurre en Semana Santa, veremos qué nos depara la Feria con un gobierno local que anima a salir de flamenca a las señoras y de corto a los señores. ¿Y por qué no sacamos los caballos y los enganches? Llena ahí antes de que nos encierren otra vez.

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