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Con la venia

Fernando Santiago

fdosantiago@prensacadiz.org

Vivir del presupuesto

España se jodió cuando la política se convirtió en una profesión en la que se trabaja poco y no requiere formación

Voy a dar respuesta nacional a la manoseada pregunta de Vargas Llosa: España se jodió el día en el que la política se convirtió en una profesión. Cuando los que estaban en las juventudes o los empleados de los partidos vieron que podían estar toda su vida en el pesebre de cargo en cargo, fueron liquidando poco a poco a los profesionales que habían accedido a algún cargo, a base de conspiraciones, patrañas, votaciones manipuladas y el resto de artimañas habituales. Fruto de todo ello llegó a presidir Andalucía una mujer que jamás había trabajado, a presidir el PP un tipo que había pasado de carguete en carguete y se había inventado un título, a presidir Andalucía alguien que solo había cotizado a la Seguridad Social como político. El vicepresidente de la Junta decidió hace décadas dejar de arreglar relojes cuando comprendió que la política estaba mejor pagada, se trabaja poco y no requería formación, desde aquel lejano día no hubo uno en el que dejase de recibir su sueldo del erario. Los ejemplos son tan numerosos que harían falta varios periódicos. Los grandes partidos se inventan el rollo patatero de las primarias, una copia bastarda de los EEUU. Allí puede votar todo el que quiera, aquí son reuniones donde van los sobrinos, cuñados, hermanas, suegros, parejas y vecinos del dirigente de turno que votan lo que les dicen en función de los deseos de retener u obtener un cargo, una pantomima, la haga el PSOE, el PP, Ciudadanos o IU. Podemos se ha buscado un mecanismo para perezosos, el voto de los llamados "inscritos" vía internet. Así han llegado las Irene Montero, Adriana Lastra, Isabel Díaz Ayuso y el resto, a base de empujones y conspiraciones. Hubo un tiempo en el que los partidos aplicaban la máxima de Platón de que la política es el gobierno de los mejores, qué ingenuos. Ya no quedan médicos, profesores de universidad, arquitectos, solo fontaneros de los partidos, los más mediocres entre los mediocres, con honrosas excepciones. Días pasados el Parlamento de Andalucía rechazó que el diputado de Adelante Andalucía Ignacio García pudiera pasar su periodo de prácticas como profesor, compatibilizando como diputado. La capacidad de simultanear el puesto de diputado andaluz sí la concede la cámara a otras profesiones. El Parlamento de Andalucía tiene diez plenos al año, en dos años ha aprobado dos leyes. No parece que la dedicación sea tan elevada para justificar esta exigencia, salvo que a los diputados de Adelante Andalucía les aplican una vara de medir más elevada, quizás porque Teresa Rodríguez ha denunciado los chanchullos con las dietas que se aplican en ese Parlamento de chichinabo. Echamos de menos a Félix Bayón.Voy a dar respuesta nacional a la man

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