Desconozco sus ventajas y si es que las hay no estaría de más que se explicase el porqué de hacer peatonal la Avenida de la Cruz Roja. El mayor desagüe que el tráfico tiene en esa zona norte de la ciudad se corta en pro de una peatonalización más, con lo que se instaura un laberinto vial de no te menees. Así como hacer peatonal San Jacinto hizo que escapar de Triana sea para el neófito algo así como dar con la isla del tesoro, salir de Pío XII, la Barzola y lugares adyacentes será igual de enrevesado. San Jacinto ofrece ahora la cara próspera de una reactivación vital indudable y en la Cruz Roja puede ocurrir lo mismo, pero son medidas que parecen ideadas por el enemigo del automóvil. Vueltas, revueltas y rodeos interminables para el experto y misterio insondable para quien desconoce la zona en lo que bien puede considerarse una batalla más en la guerra al coche.