
La aldaba
Carlos Navarro Antolín
La chapuza de la calle Zaragoza de Sevilla
Sumar para después restar. Es lo que ha decidido el Gobierno con la subida del salario mínimo. Yolanda Díaz estaba muy contenta, porque lo habían subido a 1.184 euros en 14 pagas. Y suponía que esa medida (beneficiosa para muchos jóvenes y personas en situación precaria, por no decir lamentable) ayudaría a que Sumar levante el vuelo en las encuestas. Y, de repente, María Jesús. La vicepresidenta socialista y titular de Hacienda dejó claro que los beneficiarios tributarán al Fisco por esa subida y no seguirán exentos como hasta ahora. Ayer intentaron rebajar la polémica. María Jesús Montero envió parte facultativo y se borró del debate del Congreso.
En ese debate se vio que sólo el PSOE está a favor de que el salario mínimo tribute para el IRPF. En aguas revueltas, el PP ha intentado obtener ganancias. Esta vez Feijóo no ha pecado de pardillo. Pues al PP, evidentemente, le conviene políticamente que María Jesús Montero cobre impuestos a los más pobres y rompa el falso mito de que sólo pagan los ricos. Entre los perjudicados estarían muchos andaluces. Además, la medida se podría tumbar si Sumar y otros partidos a la izquierda del PSOE se unen con el PP (e incluso Vox) para las proposiciones de ley ya presentadas, en las que se solicita que quede exento.
La mayoría progresista se podría quedar con las vergüenzas al aire. Por lo que es probable que Pedro Sánchez recule, haga lo contrario de lo que ha defendido María Jesús Montero, y después afirme que ha sido fruto del diálogo. Pero esta medida deja en mal lugar a María Jesús en Andalucía, en unas fechas inoportunas, cuando el PSOE-A se dispone a encumbrarla en el Congreso Regional. Empezar así no es lo mejor. En Andalucía hay 510.000 personas que cobran el salario mínimo. Son el 20,7% del total de España. Es la comunidad con más asalariados precarios.
El 80% del empleo está pagado por empresas privadas. La subida del SMI supone un mayor coste laboral para las empresas, que suelen repercutirlo al consumidor en el precio final del producto o el servicio. En los casos de jóvenes que no tienen recursos para vivienda, siguen con sus padres y estén solteros, les puede suponer que la mitad de la subida sea para Hacienda. Y Hacienda cobraría aún más, gracias al IVA, si sube la inflación. El negocio es redondo. Para Hacienda, claro. Por cierto, hay muy pocas quejas por la subida de la luz al 21%, que ha disparado el precio. Y que también beneficia a Hacienda.
Hacienda somos todos, pero María Jesús es la jefa. No está claro que sea la mejor candidata para el PSOE de Andalucía.
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