el periscopio

León Lasa /

Los golfos apandadores

23 de septiembre 2012 - 01:00

ERAN algunos de los personajes que más me gustaban cuando, de niño, leía las historias del pato Donald y compañía. Formaban un grupo simpático de ladrones amables que intentaba por todos los medios hacerse con el botín de oro que acumulaba día tras día el inefable Tío Gilito, un miembro de la familia Donald cuya única obsesión era amasar riqueza y contar billetes. Resulta casi inevitable recordar a aquellos golfos apandadores cuando uno lee, en la situación de emergencia en la que se encuentra el país, algunas noticias que parecen volar del pasado reciente hasta incrustarse, como un bofetón en la cara, dentro de la actualidad informativa. Algunos seguimos repitiendo lo mismo desde hace meses: hemos de aceptar sacrificios, recortes, esfuerzos, siempre que sean equitativamente distribuidos (más a los que más tienen) y se depuren las responsabilidades de quienes han golfeado como auténticos sinvergüenzas en los últimos tiempos. La impunidad, esa lacra social que parece cubrir con un manto el país de norte a sur, debería ser arrumbada. El caso Urdangarín, ver cómo acaba el duque y si es finalmente procesado y condenado, se me antoja una piedra de toque determinante.

Pero hay más supuestos verdaderamente sangrantes. Ya escribimos hace algunas semanas cómo las acciones de Bankia, que salieron a cotizar a un precio de 3,75 euros y fueron colocadas con calzador a pequeños accionistas, están ahora a 1,35, la tercera parte de su precio de salida. Pues bien, mientras eso ocurre para los pobres desgraciados de a pie, los listos, los gestores de corbatas Hermes y Rolex en la derecha, se concedían prebendas que, si tuvieran algo de decoro, de pudor, deberían sonrojarles. Esta semana hemos leído que el juez que lleva la instrucción del caso Bankia ha reclamado los créditos que la entidad financiera pudiera haber otorgado a los 33 directivos imputados y a sus familiares. Según reza la noticia publicada en El Confidencial.com, seis créditos, por ejemplo, le fueron concedidos por importe de 140 millones de euros (140.000.000 de euros, sí) a empresas vinculadas al consejero Francisco Javier López Madrid (más concretamente a su suegro) al 0% con una simple garantía personal. Solamente, como decimos, una gota en el mar. Otros créditos, según elplural.com, fueron dados por Rodrigo Rato al grupo Intereconomía, del que es accionista, en condiciones tremendamente favorables; y así hasta el infinito y, probablemente, más allá. Una piñata obscena que, me temo, no tendrá ninguna consecuencia penal para los (supuestos, siempre) responsables. Eso sí, no se le ocurra a usted dejar de pagar su hipoteca dos meses.

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